Por: José Morales
Querido Dr. Ferrao:
He decidido redactar esta carta abierta para decirle, de manera franca, que el Recinto de Río Piedras no estaba preparado para comenzar el nuevo semestre. Los problemas administrativos que enfrentamos tanto estudiantes como docentes al iniciar el semestre son ejemplo claro de esto. Con mi más humilde respeto y con el amor que siento por la institución, decidí transferir la frustración que sentimos muchos en el Recinto en este mensaje. Varios estudiantes nos hemos topado con la realidad de que uno de nuestros cursos, el cual ya habíamos pagado, aún no se le había otorgado el contrato al profesor encargado de impartirlo. Este no es el único problema que se enfrenta al comienzo de semestre, los estudiantes llegamos a la realidad de cursos cancelados; cambio de profesores o de salones sin previo aviso; y falta de materiales adecuados, como proyectores o instalaciones de estudios clausuradas por x o y asunto. Todo esto a pesar de pagar cuotas de facilidades y tecnología que fueron recientemente aumentadas.
Vuelvo y recalco, los problemas de la UPR son complejos, tenemos en nuestras manos el “Leviatán” de la burocracia que le precede a usted en su cargo, y la crisis sísmica que enfrenta la isla, sin lugar a duda, empeoró la situación. Pero comenzar un semestre académico sin tan siquiera haber completado el proceso de contratación y asignación de cursos de las facultades denota una falta de consideración de los factores administrativos que competen tanto al estudiantado como a la docencia. Y ese es el punto que verdaderamente colmó la copa. ¿Cómo la institución que, por los pasados años, ha subcontratado la mayoría de sus educadores no culminó el proceso necesario para asignar profesores a los cursos programados antes del comienzo de clases? Pude ver la frustración de docentes, a los cuales la institución trata como desechables, esperar por instrucciones sobre sus funciones que nunca llegaron. Vi a profesores con cátedra solidarizarse con sus colegas y defender sus cursos, sin esperanza de que sus esfuerzos tengan resultados. ¿Cómo hemos normalizado estos problemas en el primer centro docente del país? Muchos, sino la mayoría de los educadores de la UPR, son exalumnos. Algunos con ofertas más competitivas que las que Puerto Rico puede ofrecerle y, aún así, escogen permanecer en la institución impartiendo sus cursos. ¿Qué tipo de universidad convence a sus estudiantes a regresar una vez graduados de programas doctorales, sin poderles asegurar sus salarios? ¿Cómo podemos preservar la integridad académica, si los estudiantes y profesores no se les garantizan sus cursos? ¿Qué prestigio pretendemos mantener dentro de una universidad que ofrece clases a los que no se ha asignado profesores para que se imparta? ¿Cómo podemos garantizar el mejor capital humano si no podemos asegurar tan siquiera la contratación, a tiempo, de docentes?
Señor rector, a pesar de mi crítica, debo comprenderlo en ciertos asuntos. Sin duda alguna, todos estamos conscientes de la situación del recinto y el país. A usted no le fue dado un cargo fácil, y para nada sencillo. Dirigir a las mentes más brillantes del país con su rica diversidad de ideas es un reto, sin contar las circunstancias ajenas a su puesto. Pero siento que es mi obligación exigir el mismo rigor que se me inculca en el aula de aquellos que la administran. Retrasar el comienzo del semestre proveyó un espacio para resolver gran parte de los problemas administrativos que los estudiantes y empleados del sistema confrontan hoy. El dinero para remediar los problemas que enfrentan los docentes y sus estudiantes está, o por lo menos eso me hace entender los estados auditados de la institución y, en todo caso, nuestra factura. La transparencia es la mejor herramienta que tiene usted a su disposición para responder las quejas y frustraciones del estudiantado y el claustro. Un email explicando y reconociendo la situación del recinto no cuesta un solo dólar más de lo que ya gasta la institución. Le exhorto a que lo utilice. Con el respeto que usted y el recinto se merecen.
Cordialmente,
José Morales
Las expresiones vertidas en este escrito no necesariamente representan el sentir de Pulso Estudiantil.
MPFM