Los inicios de las luchas feministas abrieron paso a los derechos que actualmente consideramos indispensables. Estos movimientos nos brindaron la oportunidad de integrarnos a la sociedad y poder ejercer nuestros derechos.
No obstante, nuestra lucha parece nunca acabar, ya que aún existe un machismo impregnado en nuestra sociedad; un machismo que nos imposibilita educar con una perspectiva de género que combata la ignorancia en nuestro país, y un gobierno que ignora las vidas que hemos perdido debido a la violencia de género.
Actualmente, nuestra isla atraviesa por desapariciones catalogadas como posibles secuestros. Uno de los casos más compartidos a través de las redes sociales ha sido la desaparición de una joven de 20 años identificada como Rosimar Rodríguez Gómez. Rodríguez Gómez está desaparecida desde el pasado jueves, 17 de septiembre. La información se compartió en las redes sociales. Desde entonces, los casos de mujeres desaparecidas no han cesado.
En un momento en el que pensamos que todas nuestras fuerzas estarán en encontrar a la joven, me topo con comentarios deplorables y retrógradas. Estos comentarios culpan a la víctima por “no estar pendiente” y minimizan el secuestro.
Los planteamientos violentos en los espacios virtuales fomentan el machismo que resulta en comentarios tan cotidianos como: “Tienes que tener malicia”, “No puedes ser tan boba”, “No te pongas eso, que los provocas”, “Lleva pepper spray”, “Utiliza tus llaves como arma” y muchos más que escuchamos a diario. El problema con estos comentarios es que se minimiza a la víctima; estamos dando una serie de reglas para “prepararnos”, como si un secuestro fuera algo natural.
Nuestra sociedad ha normalizado andar protegida hasta los dientes por el miedo que existe. Cabe aclarar que, crear conciencia y tomar precauciones es vital para protegernos entre todas. No obstante, comentarios de este tipo pueden entenderse como si la víctima fuera culpable de su propio secuestro por no haber tenido las llaves entre sus dedos.
Al momento de comunicarnos, debemos tener cuidado con las palabras que escogemos, ya que en ocasiones utilizamos expresiones sumamente machistas que se han normalizado en nuestra sociedad y cultura.
Un comentario que siempre surge cuando se dialoga de feminicidios es el famoso “A nosotros los hombres también nos matan”. Este discurso lo utilizó el candidato a la gobernación César Vázquez en el debate del pasado jueves, 17 de septiembre. Sin embargo, lo que el candidato Vázquez y cualquier otra persona que apoye este discurso no sabe es que, a los hombres no los matan por ser hombres. Los hombres no necesitan seguir una lista de precauciones para poder llegar a su destino.
El patriarcado les ha dado el privilegio de caminar sin sufrir acoso callejero, de caminar sin ser perseguidos y de caminar sin miedo. Una educación que cree en la equidad de género permite que se creen espacios de conversación para combatir el sexismo y el machismo que vive en nuestra ciudadanía. Como sociedad debemos ser empáticos, y luchar por todas las mujeres que sufren en silencio y las que no han sido escuchadas por la Policía. Paremos de invalidar a nuestras mujeres, y no permitamos más tragedias.
Así que, yo me pregunto, gobernadora Wanda Vázquez Garced ¿el estado de emergencia para cuándo?
Las expresiones de esta columna no representan las posturas de Pulso Estudiantil.