Los medios puertorriqueños siempre han encontrado cómo caer más bajo. No es secreto que muchas veces los principios periodísticos de la ética, la transparencia, y la objetividad tienden a ser vistos como sugerencias. Manteniendo esta tradición viva, NotiCel Investiga falla desastrosamente en la investigación de un tema tan sensible como lo es el racismo sistémico.
Jailenne Rivera, la presentadora de NotiCel Investiga, definió el racismo como “el rechazo por diferencias biológicas hacia una persona que se le considera de raza inferior”. Continuó diciendo que “es la necesidad de mantenerla [a la raza inferior] aislada o separada del resto dentro de una comunidad o un país”.
Sin embargo, nunca explica el término “racismo sistémico”, el tema del episodio. Basándose en su definición, se podría llegar a la conclusión errónea de que este tipo de discrimen depende de la segregación para existir. Esto es falso. La separación de las razas es una meta de muchas ideologías racistas, pero no es necesaria para que exista el discrimen racial.
Un estudio del 2006, hecho por Ashley Doane, propone que el racismo sistemático ocurre cuando la “desigualdad racial es un aspecto generalizado de la vida cotidiana y es el funcionamiento normal de las instituciones”. Aclara que el “prejuicio individual y la discriminación son síntomas de problemas estructurales más grandes”, no casos aislados.
Cuando se ejerce el periodismo, especialmente si es investigativo, se debe fundamentar lo que se dice. Esto es básico. Si se parte de la premisa de que el racismo sistémico no existe en la isla, esto se tiene que basar en hechos demostrables. No en una opinión o un deseo. Mucho menos usar la narrativa reduccionista de “todos somos mestizos”. Hay que informarse antes de llegar a conclusiones.
Según el censo del 2010, un 75.8 por ciento de los puertorriqueños se identificaron como «solo blancos”. Al comparar esta cifra con los resultados de los Estados Unidos, en el que un 72.4 por ciento de la población se identificó como “blanca”, Puerto Rico resulta ser 3.4 por ciento más blanco que los Estados Unidos. Es evidente que estos resultados no reflejan la realidad.
La isla sostiene, desde finales del siglo XVII, una práctica de blanqueamiento. “Mejorar la raza”, como comúnmente se conoce esta práctica, consiste en “buscar parejas cuyo color de piel sea igual o más claro que el de ellos”, según un estudio de Hilda Lloréns del 2018.
Culturalmente, Puerto Rico ha visto, por siglos la negritud como algo de lo que uno debe distanciarse. Existe una percepción, tanto explícita como implícita, de que la blancura es buena, y ser negro es malo.
En palabras sencillas, tanto alisarse el pelo para verse “profesional”, identificarse como “solo blanco” en el censo, y “mejorar la raza” son vistos como formas de “echar pa’ lante” por la cultura puertorriqueña. De esta forma, la negritud se convierte en algo indeseable.
La presentadora de NotiCel Investiga no fue objetiva. Quizás esto se debe a un intento de generar conflicto en el programa, para hacerlo más atractivo a los televidentes. Posiblemente, se ignoraron los hechos para apelar a una audiencia más conservadora. O, probablemente, se debe a incompetencia, lo cual podría ser igual o más peligroso para el ambiente mediático.
Tener una plataforma en la televisión local aún es una responsabilidad muy seria en Puerto Rico. Porque, a diferencia de otras partes del mundo, en nuestra isla sigue siendo relevante. Especialmente entre las personas mayores de edad.
Al periodista se le reconoce cierta autoridad, instintivamente se asume que lo que dice tiene fundamento. Por eso, desinformación como la que la presentadora Jailenne Rivera promulgó, accidentalmente o no, es peligrosa.
El racismo sistémico sí existe en Puerto Rico. Es un fenómeno social que requiere más estudio, pero mayoritariamente se acepta como un hecho. Existen múltiples textos académicos que resaltan los problemas raciales en la isla. De hecho, el profesor Jorge Colberg Toro, que también forma parte de NotiCel Investiga, resaltó algunos de estos durante el programa.
Los problemas raciales no se deben simplificar a tan solo “dos o tres” individuos racistas. El discrimen sistémico es un problema complejo en la sociedad puertorriqueña. Es un producto de la desigualdad, el prejuicio -explícito e implícito-, el clasismo, y muchos otros factores.
Cuando se toma en cuenta que, según los últimos dos censos, los puertorriqueños aparentemente somos más blancos que los estadounidenses, es evidente que hace falta tener una conversación sobre la raza en la isla. Preferiblemente, un diálogo que no esté manchado por la desinformación y argumentos hechos en mala fe.