Tradicionalmente, los “drag shows” son espectáculos en los que artistas drag se maquillan con colores llamativos, utilizan pelucas y atuendos de diferentes colores para salir a un escenario con tacones altos y bailarines.
Además de entretener a la audiencia al bailar, actuar y sincronizar sus labios con música popular (“lip syncing”), el drag es un medio para “representación o expresión de género a través de un personaje”, expresó Ubi Aaron, estudiante de Trabajo Social y Drama en el recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (UPR).
No obstante, el también artista drag, piensa que esa definición no abarca todo lo que conlleva esta labor.
“[El drag] no es fácil de definir, sólo porque conlleva un sinnúmero de manifestaciones artísticas”, explicó le artista drag de Carolina.
El proceso para presentarse como artista drag (o draga) es largo y complejo. Aaron comenzó a presentarse en tarima hace un año y tres meses, aproximadamente.
“[Comenzar fue un] proceso largo, en lo que aprendí a estudiar el maquillaje, cómo el maquillaje me beneficiaba con mi tono de piel [y] con mi estructura facial. Me tomó unos cuantos meses aprender. Empecé en diciembre y la primera vez que estuve en drag fue en marzo”.
Para Aaron, el drag es más que una expresión alegre y expresiva de la cultura popular; constituye una forma de mostrar su identidad.
“Pienso que, a lo mejor, la gente me ve cuando estoy en drag como una mujer. […] Aunque sea una ideación física feminizada que le brindo a la audiencia”, explicó le artista. “[A] Ubi yo la cargo. Yo soy Ubi en mi vida y en el escenario”.
El drag alternativo para la justicia social
Existen programas televisivos en Estados Unidos, como “RuPaul’s Drag Race”, en el que se presentan las dragas, su labor y sus presentaciones con producciones costosas. Aaron clarificó que, además de los atuendos y las pelucas, hay más elementos envueltos en la escena puertorriqueña del drag, especialmente en el drag alternativo.
Aaron, quien se desenvuelve parcialmente en el drag alternativo, definió este sector dentro de la labor de “drag queen” como el que tiene, como propósito, “llevar un mensaje”.
“El drag que yo crecí viendo en Puerto Rico fue un drag muy diferente [al de la televisión]. [Era] “on a budget”, hecho por personas trans no binarias de diversidad de identidades”, describió Aaron. “En estos [últimos] meses, he explorado más ese lado del drag […] que tiene algo que decir”.
El drag alternativo, que se puede encontrar en Río Piedras, San Juan, es “político, con un mensaje que no se muestra mucho en televisión”, según Aaron.
Le estudiante enfatizó que, por sí mismo, el drag como profesión tiene un gran alcance. Las redes sociales e Internet han amplificado aún más la cantidad de personas que pueden disfrutar de un “drag show”. Por esta razón, los mensajes que las personas que practican el drag quieran llevar a sus audiencias pueden difundirse más.
Aaron, por su parte, busca “mostrar ese lado bello y visibilizar las personas negras en Puerto Rico”. También, ha canalizado las luchas de las personas de la comunidad LGBTQ que han luchado con el virus de inmunodeficiencia adquirida (VIH) y se ha solidarizado con el movimiento “Black Lives Matter”.
Asimismo, busca que más artistas drag tengan acceso a lugares seguros donde laborar, y “responsabilizar el estado para que satisfaga las necesidades de las personas trans en Puerto Rico”, puntualizó.
Poca remuneración por el trabajo como artista drag
Las personas que se dedican al drag enfrentan dificultades para conseguir espacios para realizar sus presentaciones. Parte del mensaje que lleva Aaron a su audiencia es la importancia de que estas artistas tengan acceso a lugares seguros para laborar.
Uno de los problemas que dificulta el acceso a espacios seguros, según Aaron, es que hay personas que no consideran el drag un trabajo digno.
“Me gustaría que [el drag] fuese reconocido como un trabajo digno y remunerado dignamente. Debe ser respetado y visto como algo de lo que la gente puede vivir”, expresó le artista.