A pesar del progreso hacia la equidad racial, los afropuertorriqueños aún sufren discrimen racial por los rasgos físicos que les identifican como personas negras.
Noelia Kelly Gálvez tenía tan solo 8 años cuando experimentó, por primera vez, bullying por su color de piel y cabello rizado.
“En la elemental, tendía a ir con mi pelo en trenzitas, pero recibía comentarios de mis compañeros como: ‘tu pelo no es como el mío’, ‘tu pelo es malo’. También, me hacían comentarios sobre mi piel, diciéndome que yo era bien oscura, que ‘mira tu color’, que ‘parecía del color de los zapatos escolares’, y esos son de los que me acuerdo. Ya en intermedia, era uno que otro”, relató la estudiante de Relaciones Públicas de la Universidad de Puerto Rico Recinto de Río Piedras.
La sociedad utiliza frases como: “cásate con un hombre o mujer de tez blanca para que no dañes la raza” o “me sacan lo de negra africana”, muchas veces con ignorancia, sin entender que esos comentarios que dicen como chiste son ofensivos, provocan inseguridades y fomentan actitudes racistas.
“Antes, yo me alisaba el pelo […] y utilizaba una base más clara de mi tono de piel. En la escuela elemental, me hacían mucho bullying por mi color de piel, eso me marcó mucho y me trajo muchas inseguridades”, recordó la universitaria de 22 años.
Las personas de tez oscura o con rasgos negros no tan solo tienen que luchar contra los comentarios de la sociedad, sino también con los de su hogar.
“Los comentarios de mi casa también influenciaron como yo me veía en el espejo. Me decían ‘no te vistas de negro, tú eres negra, te ves más oscura’ o ‘no te dejes el pelo rizo, te vas a ver fea y a los nenes no le vas a gustar así’. No solo es de afuera, sino de adentro, batallando de los dos lados y con uno mismo”, recordó.
Kelly Gálvez relató que, mientras iba creciendo, ya no sufría tanto de críticas, pero sí era sometida a los estereotipos que la sociedad tiene hacia la comunidad con rasgos afrodescendientes. Los prejuicios incluían desde si era atleta, o de dónde provenía, hasta tildarla de criminal o persona violenta.
“A veces, voy a las tiendas y me persiguen, están bien pendientes de mí. En otras ocasiones, me tratan de turista, hasta me hablan inglés. Recuerdo que cuando era pequeña, mi mamá me decía: ‘Noelia, cuando estés en las tiendas no saques cosas de la cartera, porque van a pensar que estás robando’. En ese momento no lo entendía, hasta recientemente”, recordó, decepcionada de la realidad en la que vive.
La joven, desde finales de la escuela superior, ha optado por ignorar los comentarios y aceptarse tal como es. “Siempre va haber esa persona a la que no le vas agradar, ya sea por tu color de piel o personalidad. Estoy bastante cómoda con mis rasgos negros y orgullosa de mi color de piel”, exaltó.
Asimismo, le agradeció a sus compañeros de escuela superior por alentarla a aceptar su color de piel, a dejar de usar bases de maquillaje más claras, y por ayudarla a superar esas inseguridades que desarrolló desde los 8 años.
¿Una sociedad más inclusiva?
“Me parece un poco cómico como la publicidad ha cambiado de ‘alísate el pelo’ a ser más aceptables con el pelo rizo. Ahora puedo encontrar productos para mi pelo que antes no conseguía”, opinó Kelly Gálvez.
A pesar de estar satisfecha con los cambios que han surgido, reconoció que aún falta un largo camino por recorrer, especialmente por el microracismo invisibilizado en las frases del día a día.
“Odio cuando utilizan frases como ‘me sacan lo de negra africana’, porque asocian a los negros con la violencia. Lo negro puede ser hermoso, puede ser deslumbrador, positivo. Me duele que hagan comentarios así, porque demuestra lo mucho que nos falta como sociedad”, expresó la universitaria.
De igual forma, admitió que, a veces, se siente intimidada en lugares donde está rodeada de personas de tez blanca, y que se le hace difícil reconocer si la escogen en los trabajos por sus cualidades o por las nuevas políticas de las compañías de tener diversidad cultural y racial en los ambientes laborales.
Kelly Gálvez tomó la oportunidad para alentar a todas las personas que tengan algún rasgo negro físico a que no miren hacia atrás y que sigan hacia adelante. “Nadie tiene derecho a decirte cómo debes sentirte o cómo debes ser solo porque no le gusta como eres, ya eres perfecto así”.
A la sociedad, le aconseja que midan sus palabras y comentarios, y que no intenten minimizar el racismo que hoy en día prevalece, porque “no es lo mismo decirlo cuándo no eres tú el o la que está pasando por la situación, cuándo no es a ti a quien matan por tu color de piel”.