Por: Clifford E. Hourston Morales / MPFM
Dicen por ahí que la vida estudiantil es una llena de oportunidades de éxito, una donde se puede adquirir una inmensa cantidad de conocimientos y logros en su desempeño. También, es un proceso por el cual el ser humano, que entró en su primer año académico, no es el mismo que se gradúa con sus honores y méritos cuando culmina sus estudios. Algunos se enamoran tanto, de este proceso, que deciden llevarlo al nivel de estudios graduados. Luego, se convierten en profesionales que rompen barreras a nivel mundial dejando, en evidencia, la capacidad que tenemos de superarnos y de ser resilientes en una sociedad que, cada vez, nos exige más; que nos pide organizarnos y, sobre todo, que seamos productivos. Esta vida de la que narro es una vida que debe ser accesible a todas las personas que desean ser parte de ella y que muestren el verdadero interés de querer contribuir a un mejor futuro.
Por esta razón, no podemos seguir cerrándole las puertas a estudiantes que, cada día, luchan por tener una vida digna con altos estándares. Además, que pelean, contra viento y marea, con tal de obtener un salario que les garantice una forma de vida sustentable. Es importante recalcar que las obligaciones hay que asumirlas por más costosas y duras que sean, pero nunca ponerlas por encima de lo humanamente racional. El balance de nuestros deberes y placeres es la clave para un proceso educativo de excelencia y, por consiguiente, no se puede seguir usurpando la autonomía universitaria desde su fondo general hasta sus servicios extracurriculares.
La universidad es donde se construye el país, el conocimiento y el valor de querer seguir hacia adelante, por encima, de cualquier cosa que atente contra la paz diaria. El primer centro docente del país es el mecanismo que permite esta vida estudiantil de la que escribo y abogo por mantener accesible; no es que se deje de cumplir con ciertas obligaciones ya establecidas, pero tampoco es que sean una prioridad sobre este privilegio que tenemos, automáticamente, con nuestro esfuerzo y dedicación.
El éxito está en nosotros, los puertorriqueños y, con una educación pública, accesible y apropiada, podemos lograr más de lo que nos imaginamos. Voy a ustedes.
Las expresiones vertidas en este escrito no necesariamente representan el sentir de Pulso Estudiantil.