Cuando pequeña, María Luisa Marín Santana se encontraba viviendo su verdad a plenitud, aunque no lo supiera. Se daba cuenta que sus creencias y perspectivas del mundo eran diferentes a las de los demás. Aunque nunca se sintió reprimida o discriminada, lo veía como algo normal. Sin embargo, esto puede ser mentira para una persona queer en un mundo cisheteronormativo.
María Luisa, estudiante de Drama e Historia del Arte del Departamento de Humanidades en la Universidad de Puerto Rico Recinto de Río Piedras (UPRRP), se identifica como queer, una categoría de la comunidad LGBTIQ+ que describe a una persona que rechaza ser clasificada por su orientación sexual o género para no limitar su experiencia como persona.
Además de ser estudiante, es músico, actriz y, hace poco más de un año, hace drag performativo.
“Me acuerdo de que cuando chiquita que me preguntaban: ‘¿qué quieres ser cuando grande?’ y mis contestaciones siempre eran ser maestra de matemáticas o hacer a la gente reír, hacerlos feliz”, compartió.
Su interés hacia el teatro surge de la idea de que el teatro permite alejarse de la realidad en un mundo que, según ella, “si eres es diferente, sí eres aceptado, y no tienes que vivir en tu cuerpo”.
El teatro, muchas veces, desafía las ideas de la sociedad combinando la vida cotidiana con las preocupaciones humanas, y, hasta, ofrece una visión del futuro. Así, sucede en la producción teatral Lxs Idiotas, escrita y dirigida por Sylvia Bofill Calero, en la que María Luisa interpretó el personaje principal, Fernanda. Esta representación, presentada por el Taller Experimental del Departamento de Drama de la UPRRP, tuvo funciones a través de Zoom el pasado mes de mayo.
“Es mi primera participación queer. Sin embargo, se sentía el margen de la academia cisheteronormativa”, narró la actriz.
La cisheteronormatividad es un término que se refiere al conjunto de creencias asimiladas a lo heterosexual y cisgénero (personas cuya identidad de género coincide con su género asignado al nacer) que produce opresión sobre la comunidad LGBTIQ+.
La estudiante asegura que muchas veces no hay una buena representación de las personas queer en el teatro, pues, aunque no le ha sucedido personalmente, conoce personas a quienes se les ha negado su existencia en el mundo real y artístico por su orientación. Sin embargo, esta obra desafió esa idea, ya que su personaje, Fernanda, es abiertamente queer.
“No hay una buena representación de personas queer en el teatro. Si no están en el medio que nosotres conocemos y vemos a diario. Entonces, no hay representación digna porque las personas queer y trans existen, y si estás representando algo que existe, entonces deberían representar absolutamente todo lo que son”, sostuvo.
Para María Luisa, esta experiencia fue enriquecedora, tanto espiritual como profesionalmente. “Fernanda” es uno de los personajes con el que más se ha identificado.
Reflejada en su trabajo artístico
Lxs Idiotas, según la artista, es sobre “todas nuestras sombras en la sociedad y como personas”.
“Yo tuve muchos encontronazos con mi propia sombra social y personal que tuve que traer a la luz para darle vida al personaje de Fernanda”, añadió.
La obra trata sobre Fernanda, una joven modelo que trata de sobrevivir en un mundo materialista y donde les domina el miedo ante una pandemia. Algo no muy lejos de la realidad. Además, enfatiza que los medios ejercen un gran poder sobre la sociedad, pues se apropian de la identidad de las personas.
María Luisa ha sentido una conexión con todos los personajes que le ha tocado interpretar, pues todas han sido “mujeres poderosas y a la misma vez tristes” por lo que no puede escoger un solo personaje con el que se identifique más.
Por esto, su nombre de Drag performativo es “Mussa Medusa”. El nombre surgió porque, además de su parecido por tener el pelo “largo y grande”, considera que Medusa siempre le llamó la atención. Al igual que sus personajes, es una mujer fuerte que pasó por mucha tristeza que no fue a causa de ella. Medusa es un personaje de la mitología griega que por su belleza recibió como castigo su inconfundible cabello de serpientes y el poder de convertir a quien la mire en piedra.
“Como mujer, su experiencia me habla mucho. Me habla de cómo por nosotras existir, o como Medusa por ser la mujer más bella, recibimos un castigo que nos convierte en el asco fundamental de una sociedad”, declaró la joven sobre su personaje.
El nombre Mussa surgió de la idea de que de todo lo feo, sale algo hermoso.
“Yo tengo muchos complejos. Algo que pienso es que por ser artista, no estoy segura si la gente me puede tomar en serio. Pero, me di cuenta de que, si yo me tomo en serio, la gente me va a tomar en serio”, expresó María Luisa.
Plataforma de cambio social
Lleva aproximadamente un año haciendo drag performativo, y ha aceptado que la plataforma le sirve como medio de cambio social. Asegura que, aunque no ha visto modificaciones radicales, siente que ha podido lograr algo con las personas que la ven.
Además de ser la mejor forma para expresar lo que siente que es necesario que se debe escuchar y sus emociones, las artes para María Luisa son el motor de la sociedad.
“Si tienes un buen motor y una buena perspectiva de lo que está mal en la sociedad, y las plasmas con toda su fealdad y aun así lo haces bello. Ya estás haciendo algo…”, recalcó.
“El arte se mueve con la sociedad, pero, más aún, la sociedad se mueve con el arte. Eso a nosotros se nos olvida”, afirmó la jerezana.
Ser queer no debe ser un tabú, pues es una identidad como cualquier otra que transmite un sentido de comunidad. No hay manera correcta o incorrecta de ser queer, aunque hay distintas connotaciones de lo que significa serlo por lo que todavía a veces se utiliza como un término despectivo.
Sin embargo, las personas utilizan más la palabra para identificarse con orgullo. El término es representativo de una resistencia hacia la cultura dominante que decide qué es lo “normal”. Es una celebración de los márgenes, lo diferente y una oportunidad para explorar lo que conocemos a través de otros puntos de vista.
CMRC/ADT