Sin profundizar en aquellos pensamientos en los que difiero del resto de la sociedad, entro en la discusión cómo, a veces, escojo mantener mis opiniones en mente y no expresarlos abiertamente. No todo el mundo sabe estar de acuerdo con los pensamientos de otres y, en ocasiones, puede hasta causar conflictos.
No se trata de estar de acuerdo con las opiniones de otre, por algo cada une mantiene su propia postura sobre asuntos comunes. Se trata de entender que los miles de personas con las que coexistimos en este mundo no piensan igual que une. Se trata de entender que, hasta las personas con las que vives, no piensan igual que tú.
De la misma manera en que no estás obligade a estar de acuerdo con la opinión de tu mamá la conservadora, no esperes que ella esté de acuerdo con tus ganas de salir a la calle a pelear por la renuncia de la actual gobernadora.
Es increíble la cantidad de peleas que se forman por una simple manera de pensar, y lo entiendo. Quisiera, en ocasiones, que todes pensaran como yo o, a veces, me amparo en la idea de que mi opinión es la única válida. Sin embargo, este es el momento en el que inhalo y exhalo, y busco bien dentro de mí la manera de entender de cómo mis pensamientos no son tan comunes como lo veo dentro de mi cabeza.
El respeto de opinión es una disputa que se ha dado hace mucho tiempo. Se ve en todo tipo de situaciones: partidos políticos, religión, hasta gustos gastronómicos. Al igual que se han visto las consecuencias de estas disputas. Pero las consecuencias, y las disputas en sí, irradian de esa falta de concepción de que no necesariamente todes piensan igual que tú.
Es momento de dejarle saber a la tía regañona que no nos gusta su sopa, que tu pareja entienda que no tienes su mismo gusto de música, así que deben crear un “playlist” que toque lo que les guste a ambos, o que tu mamá entienda que prefieres manifestarte en La Fortaleza, que quedarte en tu casa criticando a les que luchan por lo que creen correcto.
Las expresiones vertidas en este escrito no necesariamente representan el sentir de Pulso Estudiantil.
MPFM