Foto por: José Carlos Rivera
Ante la ley todos somos iguales, al menos, eso dice en el papel. Sin embargo, varias mujeres con posiciones dentro de la justicia afirmaron no ser así.
En la mesa “Raza, Justicia y Poder”, presentada en la Cumbre Internacional de Afrodescendencia en la Universidad de Puerto Rico (UPR), Epsy Campbell Barr, vicepresidenta de Costa Rica; Maite Oronoz Rodríguez, jueza presidenta del Tribunal Supremo de Puerto Rico; y Ana Irma Rivera Lassén, senadora, dialogaron sobre la afrodescendencia en el sistema de justicia.
Desde diferentes posiciones de poder en la justicia, las panelistas expresaron los retos de incorporar una agenda antirracista en sus respectivos espacios.
“Existe desigualdad, pobreza, falta de inclusión en la justicia”, explicó la moderadora Vivian Neptune Rivera, decana de la Facultad de Derecho de la UPR.
“Enfrentar temas de justicia implica que entendamos las raíces profundas del racismo”, afirmó Campbell Barr. La vicepresidenta de Costa Rica reconoció la dificultad de tomar en cuenta la afrodescendencia en la justicia sin antes reconocer “la cultura de la negación”, que niega la existencia del racismo.
La negación es una estructura, tiene que ver con un sistema que produce una realidad inaceptable y niega los derechos a millones de personas por su color de piel, añadió Campbell Barr.
“Si bien preocupa la pregunta de si existe el racismo, más preocupa la contestación que se escucha, de que no existe”, reflexionó Oronoz Rodríguez. La jueza presidenta puntualizó que pareciera que el problema no existe en cuanto no se afronta, no se reconoce, se niega y se invisibiliza.
La Ley 24 del 2021, también conocida como Ley del “Día Nacional para la Erradicación del Racismo y Afirmación de la Afrodescendencia”, funciona como instrumento para plantear el problema y reconocer el racismo, que es una cuestión sistémica y estructural.
Rivera Lassén, autora de la legislación, garantizó que “las leyes no cambian a la gente, la gente cambia las leyes”.
Tal como dispone la Ley, el Departamento Educación, el Departamento de la Familia, la Procuraduría de las Mujeres, el Departamento de Salud, el Departamento de la Vivienda, el Departamento de Justicia, el Departamento del Trabajo y Recursos Humanos, en coordinación con el secretario de Estado, realizarán todas las acciones y medidas necesarias en sus respectivos departamentos para crear conciencia sobre el racismo y afirmación de la afrodescendencia.
La falsa neutralidad
El racismo no es neutral, afirmaron las panelistas. Según Campbell Barr, no existe objetividad en las opiniones, porque dependen del contexto y prejuicios previos. Ante esto, aseguró que se debe desaprender para romper estructuras de discriminación y preconceptos raciales que se tienen de las personas.
Por su parte, Oronoz Rodríguez reconoció que en Puerto Rico incomoda hablar del racismo sistémico en el sistema judicial, y que existen sesgos por motivos de raza, género y razones socioeconómicas.
Pese a que en las escuelas de Derecho enseñan sobre la neutralidad y que todos son iguales ante la ley, la jueza apuntó que es falacia. “¿Por qué exigir que seamos neutrales en un caso cuando el contexto completo se basa en una disparidad de poder por distintas razones?”, señaló.
Rivera Lassén aportó que la visión no neutralizada está fundada en una ideología patriarcal que se convirtió en normativa, lo que justifica la infame institución de la esclavitud que, al día de hoy, tiene repercusiones.
“El camino de la escuela a la cárcel está pintado de afrodescendencia”, constató la senadora.
Al mirar con el lente del racismo, hay toda una mentalidad punitiva hacia la afrodescendencia que se refleja en el sistema penitenciario.
Pese a su posición como mujer de la comunidad LBGTQ+, la honorable Oronoz Rodríguez reconoció su posición de privilegio por ser visiblemente blanca y su perfil socioeconómico. Sin embargo, utiliza su privilegio como mecanismo de ayuda.
“La lucha antirracista tiene que tener de aliados a personas de privilegio que se han beneficiado de este sistema”, declaró.
La jueza puntualizó en la necesidad de estudios sobre la situación de raza y su impacto en el sistema jurídico del país. “No podemos implementar políticas antirracistas si no conocemos dónde está el problema”, añadió.
Oronoz Rodríguez explicó que estudios afirman que los sesgos de grupos dominantes de género y raza se replican aún cuando el actor sea de un grupo subrepresentado. Ante esto, ocurre que mujeres juezas reproducen sentencias con una mirada patriarcal en contra de mujeres, de igual manera que jueces afrodescendientes replican sesgos de hombres blancos.
Para visibilizar el problema, las estadísticas son imprescindibles para ofrecer evidencia de si hay trato diferenciado en casos como remoción de custodia, casos criminales o si las sentencias son más altas por ser afrodescendiente.
Campbell Barr robusteció la promoción de una coalición internacional contra el racismo sistémico. “Cuando uno trabaja en red, es muchísimo más fuerte lo que uno puede hacer”, dijo.
La vicepresidenta de Costa Rica destacó la necesidad del trabajo colectivo para revertir la cultura de la negación, desmantelar el ritmo del racismo sistémico, garantizar las voces afrodescendientes y reparar la jurisprudencia.
A 149 años de la abolición de la esclavitud en Puerto Rico, hoy más que nunca se reafirma la afrodescendencia y la necesidad de atajar el problema en todos los sistemas, especialmente el judicial.