La vivencia de cinco periodistas afrodescendientes en los medios de comunicación de Puerto Rico demuestra la invisibilidad de la afrodescendencia y de las personas negras en el periodismo, lo que plantea una realidad que, según concluyeron, es digna de reflexión, educación y cambio.
Como parte de la Cumbre Internacional de Afrodescendencia en la Universidad de Puerto Rico, los periodistas Pedro Rosa Nales, Judith Felicié, Julio Rivera Saniel y Benjamín Torres Gotay manifestaron su experiencia como periodistas afrodescendientes en la mesa “Historia de una Invisibilidad en los Medios”.
La mesa fue dedicada a Eneid Toutte Gómez, periodista afrodescendiente del periódico el San Juan Star, expresidenta del Overseas Press Club, defensora de la mujer y luchadora incansable antirracista, quien falleció en el 2020, pero dejó un legado y trayectoria que la preceden.
Sandra Rodríguez Cotto, periodista y moderadora del panel, inició enfatizando en la falta de información sobre la invisibilidad afrodescendiente.
“Sin representación, no existimos”, argumentó.
La charla logró integrar diferentes experiencias de los periodistas, para manifestar las dificultades que enfrentan en su deber como comunicadores por su color de piel.
Pedro Rosa Nales, pionero afrodescendiente en la televisión puertorriqueña
“El discrimen de por sí es la negación del ser humano”, afirmó Rosa Nales, periodista desde hace 42 años.
Rosa Nales dialogó sobre su proceso como ancla de televisión ante la realidad de que, en su momento, todos eran periodistas fenotípicamente blancos. Mencionó que, en su trayectoria, tuvo “hincadas” sobre el trato diferente a su persona, pero su choque fue una vez ingresado en la televisión.
El periodista narró cómo se enteró, tiempo después, que fue contratado en la televisión paralelamente con una demanda del canal por otro periodista afrodescendiente al que no quisieron contratar, por lo que su contratación fue una manera del canal “liberarse de la demanda”.
Para llegar a la posición que ocupa hoy día, se enfrentó a limitaciones en su trabajo. Siguiendo la línea de cadenas estadounidenses, en la que los periodistas afrodescendientes eran encajonados a cubrir temas de deporte, Rosa Nales fue también encasillado, pese a su interés por cubrir otros tipos de tema.
En el 2020, Rosa Nales presentó una demanda a WAPA por discrimen de raza y edad. “Me he buscado muchos problemas porque no soporto ver injusticias”, enfatizó.
El ancla garantizó la necesidad de educación sobre el asunto pero, sobre todo, del reconocimiento puertorriqueño de la afrodescendencia. Agregó que los periodistas afrodescendientes han demostrado su espacio merecedor en los medios de comunicación, aunque aún se les limita.
“Ahora nos contratan, pero aún estando dentro nos limitan, nos rebajan, nos llevan a un momento de invisibilidad, de hacernos salir poco a poco, y la gente se acostumbra a dejar de vernos”, concluyó.
Judith Felicié, una voz que busca visibilizar
Con una familia multiracial, pero con una visión de la negritud diferente, Felicié expuso que se crió “en la disyuntiva de que ser negro es malo, y eso había que negarlo”.
La locutora de radio, quien lleva más de 42 años, explicó que, al encontrar su pasión por la locución, decidió visibilizar a través de su voz aquellos que no tenían.
En Radio Universidad, realizó proyectos como “Guateque”, proyectos educativos, cápsulas de noticias y más, hasta que pudo definir su personalidad radial. Actualmente tiene el programa Voz y Cultura.
“En las entrevistas trato de ser lo más real sobre el concepto de que la radio es para educar”, sostuvo. Felicié destacó la importancia de enseñar sobre la cultura, especialmente la cultura negra.
Como mujer afrodescendiente, aceptó que su reto mayor ha sido el machismo, que la obliga a luchar todo el tiempo para que le den su lugar. “He tenido que levantarme”, declaró.
“Lo que pasó, es parte de la historia”, afirmó Felicié. Ante eso, se preguntó “¿Qué vamos hacer? ¿Por dónde comenzamos? ¿Cuál es el camino?”.
Su contestación fue la educación, para enseñarle a los niños que la raza que se manifiesta es la raza humana, y que “una persona que estudia nadie la controla, nadie la domina”.
La experiencia de Felicié le permitió reconocer los retos de la afrodescendencia y, por eso, hoy ella da voz a quienes forman parte de la cultura puertorriqueña.
“Ya no va haber invisibilizados”, apuntó.
Julio Rivera Saniel, espejo para otros
Un giro en sus planes de ser médico lo convirtieron en periodista. Hoy, sirve de espejo para futuros comunicadores afrodescendientes. Rivera Saniel, periodista en Noticentro, detalló tres elementos importantes al hablar sobre la invisibilidad afrodescendiente en televisión.
Primero, el tema de la educación y el acceso en comunidades negras. Pese a que se crió en un hogar en el cual la universidad era un “destino inevitable”, reconoció la inaccesibilidad de muchas comunidades afrodescendientes en Puerto Rico para obtener educación de calidad.
Además, Rivera Saniel puntualizó en la importancia de la representación afrodescendiente en los medios de comunicación. Recordó que, de pequeño, no había personas visiblemente negras en la televisión.
“Uno entiende con el tiempo que para uno verse de cara a futuro, tiene que verse reflejado en alguien”, expresó.
El reportero narró que vivió en carne propia esa aseveración, cuando una señora se le acercó con un niño y, al mostrarle a Rivera Saniel, le dijo “viste que tú también puedes estar en la televisión”.
Otro elemento que destacó fueron las oportunidades que se dan a los afrodescendientes en los medios de comunicación.
Rivera Saniel aceptó que, dentro del espacio televisivo, hay retos constantes, ante la percepción de que los afrodescendientes deben trabajar el doble. Además, romper con narrativas de que la gente “no quiere ver negros en la televisión”.
“Tenemos que luchar por insertar en la agenda los temas de nuestra comunidad, de manera que el público los vea y nos vea”, aseguró.
Benjamín Torres Gotay, una experiencia diferente
Habiéndose criado en un ambiente “color blind”, en el que la raza no era tema de conversación, Torres Gotay, periodista de El Nuevo Día, asumió su negritud de adulto.
Mencionó que, en su experiencia universitaria, escuchó bromas y chistes por su color de piel, cosa que no le ofendió. Sin embargo, adquirió consciencia y educación para reconocer el discrimen y racismo estructural.
Torres Gotay aceptó que la dinámica en prensa escrita es diferente a la televisión, pues el público no ve al periodista. No obstante, su choque con el racismo lo experimentó al comenzar su rol de columnista.
“Negro de Loíza, haitiano, acomplejao”, son algunos de los comentarios que ha recibido.
Torres Gotay enfatizó el tener cuidado de no reproducir prejuicios o arquetipos. Para él, es imposible separar al “negro, santa isabelino, del periodista y profesional”, aludiendo a su persona.
La dinámica concluyó con la idea de que los periodistas afrodescendientes deben resonar, y reclamar espacios en los medios de comunicación para visibilizar a toda una comunidad que, históricamente, ha sido invisibilizada.