Por: Juan Romero Casillas
Una vez más, porque hemos mal acostumbrado a la administración a destruirnos y saquearnos sin consecuencias.
Hace un año éramos 375 caras de diversas historias de superación. Ahora somos 355.
Viernes, 29 de marzo, 5 de la tarde: lxs residentes se regresan a sus hogares (lxs que tienen). El historiador procede a repetir la jugadita que bien le funcionó en el pasado, enviar un mensaje fuerte esperando que pase por desapercibido otra vez.
El mensaje es simple, esta vez no hay cuentos con la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA por sus siglas en inglés), ni misterios por el huracán María. No, ahora el mensaje es que una pésima administración y abandono de la estructura han causado que el edificio tenga que cerrar indefinidamente al culminar el semestre.
Es innegable el hecho de que la estructura necesita reparaciones, lxs que hemos vivido allí sabemos que las condiciones son bastante cuestionables. Lo que molesta es la solución “superficial” que ofrece la Universidad. Bien saben en las oficinas de Gloria Díaz la clase social a la que pertenecen lxs residentes. Pensar que ellos pueden “resolver” pagando casi cuatro veces lo que pagaban antes, sin tan siquiera garantizar que en efecto haya camas disponibles, es una falta de respeto. Pero ya venimos conociendo sus modos y costumbres. Muy poca gente allá arriba tiene un interés genuino por servir.
Me considero deudor porque siento que le fallé a 375 personas. Lo perdimos todo. La historia no tiene que repetirse de la misma forma. Lxs residentes deben reunirse en asamblea para discutir los hechos con transparencia y evitando protagonismos. No les queda mucho tiempo, llamen y participen en radio, televisión y periódicos. Visiten el Capitolio. Reúnan a la comunidad universitaria, peleen, lideren. ¡Háganse sentir! Todavía Torre del Norte suena. Existe la estructura de gobernanza estudiantil dentro de Resi-Campus, que junto al Consejo General de Estudiantes y la comunidad estudiantil, pueden hacer mucho. ¡Trabajen!
La administración universitaria, antiestudiante y antipaís, tiene que entender que pueden intentar aplastar a cuanto estudiante desee pero esa acción viene atada por una avalancha de voces exigiendo respeto y dignidad. Existen propuestas sobre la mesa que el rector y su banda ignoran, revisítenlas.
Les deseo mucha fuerza y éxito en esta encomienda que bien sé que es compleja. No obstante, les toca. Un consejo final, no caigan en el cuento de envío de propuestas a comités del Senado Académico, eso es una sentencia de muerte. Recuerden que, si llegase a eso, ResiCampus está dentro del recinto.
Las expresiones vertidas en este escrito no representan necesariamente el sentir de Pulso Estudiantil.