Por: Ana C. Betancourt Morejón
No cabe duda de que, tras el inicio de la crisis mundial del coronavirus, el estilo de vida de las personas a través del mundo se ha visto altamente afectado. La tasa de contagio (R0) de este virus, según Adelaida Sarukhan (citando a la OMS), puede ser entre 2-3, significando que una persona infectada puede contagiar entre 2 a 3 individuos, pero hay casos donde pueden contagiar hasta más.
Debido a la precariedad de la situación en la salud pública, varios países han optado por establecer medidas, entre ellas el llamado distanciamiento social y hasta el cierre de ciudades. Estas medidas se toman con la intención de proteger a la población y no sobrecargar al sistema de salud.
Como ha salido a relucir, los niveles de contaminación han bajado desde que se han tomado dichas medidas, y muchos han optado por opinar que el ser humano es el virus o que el planeta está tomando un respiro de la humanidad.
Recientemente, se reveló que un tigre del Zoológico del Bronx fue contagiado con el coronavirus, lo que hace que nos preguntemos:
¿Estará el planeta tomando un respiro de especies distintas a humanos también?
¡Claro que no!
La evolución en la naturaleza no es impulsada por un propósito, sino por selección natural que establece que aquel que tenga las características necesarias para sobrevivir las pasará a su descendencia.
Sin embargo, estas características no se desarrollan para algo, sino que ya están todas en una reserva genética, lo que nos enseña que este virus no es ni un castigo divino, ni una manera del planeta respirar. ¡Al revés! Si no nos quedamos en casa perderemos vidas, y entre esas vidas puede haber alguna trabajando para contrarrestar el calentamiento global.
En un lado más positivo, pero sin confiarnos en que es permanente, las emisiones globales han disminuido, particularmente el dióxido de nitrógeno, y esto se debe a que las personas están quedándose en sus casas.
Según Jonathan Grigg, profesor de Medicina Pediátrica Respiratoria y Ambiental del Queen Mary University of London, estos niveles reducidos de contaminantes, que son mayormente causados por el sector industrial y el tráfico constante, también ayudan a proteger a la población que padece de problemas respiratorios. Además, como consecuencia de las diversas órdenes emitidas por distintos países para mantener a la gente en casa se han visto más animales fuera.
En Puerto Rico se han registrado 170 nidos de tinglar, que no es diferente a otros años, pero se cree que por las medidas de cuarentena no se han registrado todos los que en realidad hay. En Costa Rica se ha visto más interacción entre los animales y humanos, a los humanos no poder aglomerarse en las calles, la mayoría de estas interacciones se dan en lugares cerca de reservas de vida silvestre, según indica la bióloga Grace Wong de la Universidad Nacional en Costa Rica.
Ver más vida silvestre podría ser indicador de una buena salud ambiental según Ronald Mora, encargado del Programa de Vida Silvestre de la subregión Heredia del Área de Conservación Central (ACC). No obstante, aunque esto se vea positivo nos puede dar un falso sentido de esperanza de que hemos pasado lo peor con respecto al medio ambiente y bajemos la guardia.
Por otro lado, como las autoridades están enfocadas en proteger a la población de la pandemia, en Europa Central ha habido delitos contra la vida silvestre y por la falta de vigilancia se han matado a al menos 27 aves de presa que suponen estar protegidas.
Confiar en que la naturaleza está bien durante la pandemia es un peligro, porque da paso a que ocurran delitos contra la vida silvestre. Enfocarse en el virus y dejar de proteger a la naturaleza provoca que pasen por alto los delitos cometidos contra ella, pues las personas creen que le hemos dado un respiro al medio ambiente y que todo está bien.
Según el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales de Puerto Rico, aunque estamos en cuarentena, esos nidos de tinglar encontrados en las playas de la isla enfrentan los mismos peligros que en años anteriores: la contaminación lumínica, el robo de arena, los depósitos de basura y el tránsito de vehículos en las playas.
Luego de esta pandemia, el mundo debe enfocarse más en la salud planetaria para así no superar los límites del planeta, ya que hay una relación entre nuestra salud y el medio ambiente. Proteger al medio ambiente en todos los niveles tróficos es importante para mantener el balance que se ha creado luego de tantos años de evolución.
Desde proteger a los depredadores tope, cuya presencia nos sirve de indicador de la salud del ecosistema, hasta los detritívoros que se alimentan de materia orgánica en descomposición. Las medidas que se tomen para proteger a las personas durante esta crisis y para proteger al ambiente luego de esto deben ser intersectoriales, contando con todos los sectores para que la protección sea mejor. Si tenemos una sociedad protegida, saludable y educada, tendremos un planeta en buenas condiciones y protegido.
KMCV
Las expresiones vertidas en este escrito no necesariamente representan el sentir de Pulso Estudiantil.