Por: Allison N. Martínez Martínez
“Nos unimos a la causa de la preservación de nuestros océanos. Por eso, eliminamos los sorbetos de nuestras bebidas. Pídelo solo si lo necesitas”.
Mientras esperaba la comida que pedí, leí ese cartel que reposaba sobre la caja registradora del restaurante. Inicialmente, me pareció un gran gesto, pero mi bandeja decía lo contrario.
Mi sándwich servido en un plato de foam y envuelto en plástico, mi refresco servido en un vaso plástico y las papitas fritas en su propio empaque de papel. ¿Así de comprometidos estamos con el ambiente?
El constante pseudoecologismo entre restaurantes, tiendas de ropa y empresas han creado un concepto erróneo sobre como realmente se puede preservar la naturaleza. De primera instancia, ahorrar sorbetos y reducir el uso de bolsas plásticas parece una gran estrategia para cuidar el planeta.
Por tanto, más allá de cargar con utensilios reusables y un termo de agua, ¿qué hacemos para preservar los recursos naturales y nuestro medio ambiente?
En un mundo corrido por la sobreproducción, la explotación de recursos naturales y el capitalismo; no es posible concienciar sobre el ambiente desde un punto de vista tan trivial.
Basta con saber que la producción masiva y crianza de ganado es de los principales agentes de contaminación en el mundo. De acuerdo a la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos en promedio la crianza de una vaca produce de 3 a 4 litros de gas metano al día.
Consecuentemente, la ganadería produce el 9% del total de los gases de efecto invernadero. En perspectiva, su crianza provoca infertilidad de las tierras y sus emisiones son tan dañinas como la que producen los automóviles.
Asimismo, el Banco Mundial afirmó que el 20% de toda la contaminación del agua se origina de los procesos de tratamiento y teñido de textiles, así como el enjuague de telas naturales. En los pasados años las estadísticas han aumentado sustancialmente debido al “fast fashion”. Tiendas como H&M y Zara crearon la tendencia de producir colecciones nuevas cada dos semanas. La moda acelerada provoca un caso grave de sobreproducción de textiles.
A fin de cuenta, las acciones individuales contra el calentamiento global son apenas el comienzo del cambio. Detrás del acto reciclar, reducir y reutilizar; debería existir la intención de inferir que el consumo y la sobreproducción aportan grandemente al cambio climático.
Las expresiones vertidas en este escrito no necesariamente representan el sentir de Pulso Estudiantil.
Editora: Ángeles R. Rodríguez Negrón