Por: Víctor Torres Montalvo
Esta bomba de agua está creando criaderos de mosquitos cerca de una de las Facultades con más estudiantes del Recinto.
Mientras transcurríamos por una acera, que luego supimos que estaba cerrada, descubrimos que una bomba de agua del Recinto estaba rota y botando agua, la cual se encuentra cerca de lo que son las aulas donde se imparten cursos del Programa de Estudios de la Mujer y Género.
Luego del segundo día introductorio a los cursos de este nuevo año académico, un amigo y yo decidimos utilizar una ruta diferente para llegar a la llamada cuesta de los prepas, por donde casi todo estudiante de nuevo ingreso tiene que caminar para llegar a los edificios de la Facultad de Estudios Generales. Al salir del BA1 (no es alguno de Bellas Artes), ubicado detrás de Café Lima (el jangueo de muchos profesorxs), tomamos una acera, que casi no se ve, para pasarle por detrás a los salones de clase.
Mientras vamos caminando y hablando, casualmente, de cómo nos gustaría visitar Orocovis, mi amigo y yo miramos lo que parece ser una o la válvula de agua del Recinto. «Ah diablo, ¿y eso?», pregunto al aire, mientras miro cómo el agua chorrea de la bomba como cuando un tubo de algún líquido se rompe. No recibí respuesta, pero sí el efecto de aquel escape. «Eso es un criadero», me dijo mi pana, al tiempo que ya yo estaba sacando el celular para tomarle fotos.
Tras tomar las capturas que aquí presento, nos viramos para irnos y nos damos cuenta que hay otro criadero de mosquitos más grande y de peor aspecto. Tenía un letrero, como si algún grupo hubiera hecho alguna demostración de crítica en él. Una parte del letrero leía #AdiósZika, hashtag utilizado en las últimas semanas para concienciar sobre las aguas estancadas que sirven de criadero.
Damos unos pasos más, discutiendo otras cosas de índole académico, y me doy cuenta que ese camino lo tenían cerrado, creo que con dos barriles de construcción, como si por el otro lado no se pudiera entrar…