Por: Adriana Díaz Tirado / MNNB
Entrar a un salón de clases y encontrarse con filtraciones por el techo, las paredes y ventanas; subir la mirada y ver tuberías por la falta de plafones; y el intento de consentrarse y no distraerse por la discusión de la clase de al lado son las condiciones que atraviesa diariamente los estudiantes del recinto de Bayamón de la Universidad de Puerto Rico (UPR).
Los universitarios exigieron unas instalaciones en óptimas condiciones, después de pagar un alza en el crédito de la matrícula. Varios alumnos expresaron que es decepcionante para ellos encontrarse con estructuras donde su salud y desempeño académico se ven en riesgo.
Los 4,188 estudiantes que asisten a la UPR en Bayamón están entre uno de los nueve departamentos, entre ellos: Administración de Empresas; Ciencias de Computadoras; Educación Física Adaptada; Educación Pre-Escolar y Elemental; Gerencia de Materiales; Tecnología de Ingeniería en Electrónica; Sistemas de Oficina; Ciencias Naturales con especialidad en Biología Enfoque Humano, y Biología General.
“Todo se había notificado antes del huracán María. Es un problema de infraestructura; siempre ha sido esa nuestra debilidad. Tenemos unos edificios que iban a ser construidos solo para un periodo de tiempo, no eran permanentes”, aclaró el presidente del Consejo General de Estudiantes (CGE) de Bayamón, Luis Ángel Marcano García.
Los edificios más afectados del recinto fueron el 400 y 300, con el primero como el más impactado. La Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA por sus siglas en inglés) evaluó el edificio 400 y determinó que tiene que ser demolido por no estar en condiciones habitables para recibir estudiantes.
En el 300 todavía se imparten cursos, a pesar de tener grandes problemas de filtración y déficit en su sistema acústico.
“Es lamentable porque aquí hay estudiantes que pueden ponerse en riesgo, tanto su seguridad física como su salud porque estos plafones botan desechos y pueden causar algún tipo de daño en su vista”, expresó Ayleen Ramos Rivera, la madre de un estudiante de escuela superior que desea recibir tutorías en la institución.
Los vaqueros se han visto hasta en la situación de visitar hospitales después de enfermarse por las condiciones hostiles en los salones.
“Como paciente de sinusitis y asma, ellos tienen que entender que es injusto que nosotros estemos enfermos todo el tiempo por estas cosas. A la hora de la verdad, qué queremos promover que nosotros estemos aquí enfermos o que vengamos aquí a estudiar”, puntualizó la estudiante de Educación Física Adaptada, Estefanía Rivera Cardona.
Los servicios al estudiantado también se ven afectados
Igual que los salones de clase, algunas oficinas también han detenido o limitado sus operaciones, como es la Oficina de Recaudaciones, a pesar del aumento en las solicitudes de prórrogas en todo el sistema UPR para este año académico.
De cuatro ventanillas tienen solo dos en labor, ya que, igual que todo el recinto, tienen que trabajar a costa de los problemas de filtración y humedad.
“No son las condiciones adecuadas. Más aún cuando tenemos el aumento de matrícula y se supone que ellos puedan arreglar esto”, expresó Rivera Cardona.
Difícil la situación de los atletas
Algunos estudiantes de Educación Física Adaptada tienen que tomar cursos en vagones que han sufrido los estragos de María
La situación de los atletas es peor aún, tras tener que entrenar en escenarios que no tienen las mejores condiciones.
Reclamos
Al momento, el presidente del CGE reconoció la buena relación que tiene el rector interino, Miguel Vélez Rubio, con el cuerpo de estudiantes. En cambio, lamentó que la Administración Central no solucione la situación con la inmediatez que amerita.
“Hace unos días estaba haciendo una movida para que llegaran los fondos que estaban en subasta, 1.2 millones para mejoras permanentes. Luego, 500,000 dólares para el teatro, recaudaciones y el área académica 3 y 4 para que se comenzaran los trabajos, pero también iba a ir a subasta y no se ha tramitado. Administración Central es la que no ha hecho su trabajo básicamente con los fondos.”, añadió el líder estudiantil.
Las once unidades del sistema UPR atraviesan disminuciones de matrícula, no tan solo después del huracán María y con emigración de muchas familias, sino que las condiciones de las instalaciones impulsaron a que varios estudiantes se trasladen del sistema público al privado.
“Nosotros exigimos como estudiantes que podamos tomar clases en salones en condiciones adecuadas. Yo creo que esto es una situación que afecta directamente al estudiante, y no tan solo en los salones de clases sino en los servicios que se le ofrece como es el caso de Recaudaciones. Estamos luchando para que los estudiantes tengan unas mejores condiciones para estudio y se hagan valer sus derechos”, puntualizó Marcano García.