“Afrodescendiente es un término político que se comienza a usar a partir del 2001 por grupos que así lo proponen y emerge de luchas antirracistas. Para mí, este término aglutina todas aquellas personas que sienten que se vinculan, que relacionan el ser afrodescendientes no necesariamente con el color de su piel”, explicó la directora de la Corporación Piñones se Integra, Maricruz Rivera Clemente.
La historia que se cuenta en Puerto Rico sobre la afrodescendencia se ha narrado por mucho tiempo a partir de la esclavitud, opacando las hazañas de personas negras y su lucha.
“El asunto de hablar solamente de la abolición de la esclavitud es casi como que la herencia y las aportaciones de las personas negras de Puerto Rico era la esclavitud y la esclavitud no es una aportación de la gente negra, porque la esclavitud es una institución espantosa que trajo a personas negras esclavizadas a Puerto Rico”, aclaró la legisladora Ana Irma Rivera Lassén, autora de la Ley 24 del 2021, “Día Nacional para la Erradicación del Racismo y Afirmación de Afrodescendencia”.
Los colonos españoles importaron personas esclavizadas de África a Puerto Rico luego de que en España se autorizara el comercio esclavista en 1513. Esta acción se repitió periódicamente a través de los años hasta que en 1846 la cantidad de personas que no eran dueñas de su propia vida en la isla ascendió a su cifra más alta: 51,265.
En 1865, Segundo Ruiz Belvis, José Julián Acosta y Francisco Mariano Quiñones, abogaron por la libertad de los esclavizados en Puerto Rico en una junta española abolicionista.
En 1867 Ramón Emeterio Betances envió al archipiélago un comunicado en el que establecía las condiciones con las que aceptarían que Puerto Rico siguiera siendo parte de España y entre ellas se encontraba la abolición de la esclavitud.
En 1872 Joaquín María Sanromá presentó en las Cortes Españolas un proyecto que visionaba la abolición de la esclavitud en Puerto Rico y el 22 de marzo de 1873 se firmó en España la ley que le concedió la libertad a alrededor de 30 mil esclavizados en el archipiélago.
Precursores de la educación pública de Puerto Rico
Entre historias distinguidas de personas negras libres en el siglo 19 se encuentra la de los hermanos Cordero y su pasión por la educación. A Rafael Cordero se le reconoce como “el padre de la educación pública” y el protagonista de una de las pinturas de Francisco Oller, “La escuela del maestro Cordero”. El educador tuvo alumnos destacados como Alejandro Tapia y Rivera, Román Baldorioty de Castro y José Julián Acosta.
Sin embargo, bajo su sombra se esconde su hermana, educadora y fundadora de la primera escuela de niñas de San Juan, Celestina Cordero. Como mujer negra en el siglo 19, sus logros fueron invisibilizados.
En 1817, Celestina Cordero solicitó, a través de un acta oficial, fondos para su escuela de niñas. También, informó al gobierno que llevaba 15 años enseñando y al momento tenía a su cargo 115 estudiantes, pero su solicitud fue denegada. En 1820 pidió al gobierno que se le reconociera como maestra y ese mismo año se le declaró maestra en propiedad. No obstante, en 1821 reclamó que no se le había pagado el sueldo acordado y en 1825 solicitó nuevamente que se le reconociera su cargo.
“Celestina Cordero tuvo que vivir la discriminación de ser negra y además de ser mujer. No tuvo discípulas famosas como su hermano que hablaran de ella y nos dejaran sus testimonios porque la mayoría de las mujeres de esa época estaban relegadas al espacio doméstico. Terminó sus días enferma y bajo el cuidado de su hermano Rafael con el que al parecer tenía una gran afinidad”, manifestó Rosario Méndez Panedas en el texto “Celestina Cordero: una maestra negra puertorriqueña en la época de la esclavitud” de la revista Afroféminas.
Cimarronaje y comunidad
De otro lado, previo a la abolición de la esclavitud, muchas personas esclavizadas decidieron retomar su libertad y huir de las haciendas para las que trabajaban forzosamente. Se le llamó cimarrones a los esclavizados que huyeron y se establecieron en zonas selváticas, montañosas y lugares en los que sabían que los colonos blancos no iban a entrar.
El cimarronaje era visto como un acto de rebelión y resistencia en contra del régimen establecido en Hispanoamérica, mas, fue uno de los actos precursores a la abolición de la esclavitud.
El surgimiento de comunidades enteras, como lo fue el Barrio San Mateo de Cangrejos, ahora Santurce y algunos sectores de las comunidades aledañas al Caño Martín Peña, forma parte de la resistencia a un sistema opresivo hacia las personas visiblemente negras.
Antes de la urbanización, el barrio Cangrejos fue un terreno selvático, lo que ayudó a los negros provenientes de las Islas Vírgenes a establecerse allí durante el siglo 17. En 1729 se construyó la ermita de San Mateo de Cangrejos y bajo este nombre se reconoció al barrio hasta que oficialmente se cambió a Santurce.
Según explicó el arquitecto Ricardo Álvarez para Construcción el Nuevo Día, en 1759 se organizó la ‘Compañía de Morenos de Cangrejos’, un regimiento formado por 120 hombres visiblemente negros del barrio Cangrejos. Los ‘Morenos de Cangrejos’ lucharon por Puerto Rico durante la invasión británica liderada por Sir Ralph Abercromby.
El cuerpo militar estuvo al mando de Pedro Cortijo, gracias a quien, el 20 de noviembre de 1773 se reconoció oficialmente a San Mateo de Cangrejos como pueblo.
Luego del huracán San Ciprián en la década del 1930, muchas familias se desplazaron del campo a la ciudad en busca de empleo y mejores oportunidades. Algunas se asentaron en las tierras del Caño Martín Peña, donde en aquel entonces, reinaba el manglar. Los campesinos de bajos recursos construyeron sus casas en el Caño, donde hubiera espacio, sin ningún tipo de planificación urbana.
El Caño se compone de ocho comunidades: Barrio Obrero Marina, Barrio Obrero – San Ciprián, Buena Vista Santurce, Cantera, Las Monjas, Israel y Bitumul, Buena Vista Hato Rey y Parada 27.
Hacia una narrativa afrodescendiente
Por su parte, el 5 de agosto de 2021 se aprobó la Ley 24 de 2021, “Día Nacional para la Erradicación del Racismo y Afirmación de Afrodescendencia”, que busca conmemorarse cada 21 de marzo.
Esta fecha se reconoce mundialmente como el día para la erradicación del racismo, luego de que la Organización de las Naciones Unidas así lo estableció a partir del ‘Apartheid’ o la segregación racial y discriminación hacia personas visiblemente negras que ocurrió en Sudáfrica durante la segunda mitad del siglo 20.
Mientras, el 22 de marzo representaba para Puerto Rico la conmemoración de la abolición de la esclavitud. Por esto, la autora de la medida, Ana Irma Rivera Lassén explicó que aprovechó la continuidad de las fechas para establecer, con la Ley 24 de 2021, la Semana para la Erradicación del Racismo y Afirmación de la Afrodescendencia, a través de la cual se busca instruir a los puertorriqueños sobre sus raíces africanas y hablar de las personas negras en la historia más allá de la esclavitud.
“Lo que hacemos es cambiar completamente la mirada, que no sea hablar de la esclavitud, sino […] sobre la afrodescendencia”, concluyó la legisladora.