Alysa Michelle Alejandro Soto se adentró en los deportes desde muy pequeña. A temprana edad, comenzó a practicar gimnasia, voleibol, natación y baloncesto. Luego, a sus 10 años, se concentró en el atletismo.
Antes de llegar a la universidad, compitió en ligas escolares y nacionales en eventos de pista. En 2017, representó a Puerto Rico en el Campeonato Panamericano de campo traviesa en El Salvador. En 2018, su primer año como atleta universitaria del recinto de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico (UPRM), compitió en el campeonato de la North America, Central America and Caribbean Athletic Association (NACAC) en Florida. Un año después, representó a la isla en Trinidad y Tobago.
Antes de que la alumna decidiera estudiar en la UPRM, consideró formarse en los Estados Unidos.
“Para mí, lo académico siempre fue prioridad, pero el atletismo definitivamente estuvo envuelto en la decisión de a dónde iba a solicitar mis estudios. Solicité a Estados Unidos y, aunque me aceptaron por mis notas, no ofrecían becas por atletismo, así que me quedé en Puerto Rico”, comentó la atleta colegial.
La corredora, natural de Río Grande, pensó estudiar en el recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico, pero se decidió por el RUM al recibir mejores ofertas atléticas.
En 2019, la fondista tuvo su primera participación en Las Justas de la Liga Atlética Interuniversitaria (LAI), donde alcanzó la segunda posición en el evento de los 1,500 metros. En noviembre del mismo año, llegó quinta en la final de campo traviesa LAI.
Desde ese entonces, Alejandro Soto no ha vuelto a vestir los colores verde y blanco de la UPRM.
“La pandemia vino en mi segundo año de universidad, así que solamente he podido correr en unas Justas y la temporada de campo traviesa del segundo año”, dijo la estudiante.
Gracias a su entrenador, Néstor Ramírez Traverso, y a la UPRM, la joven se incorporó nuevamente a sus entrenamientos atléticos. Durante la cuarentena, Ramírez siempre se mantuvo en comunicación con la atleta, y le hacía llegar sus entrenamientos para que no perdiera su condición física.
Antes de la llegada del coronavirus, la alumna se alojaba en el Hotel Colegial. El Colegio mantuvo cerrado el hospedaje universitario hasta agosto 2021 pero, gracias a la diligencia de la universidad, la fondista pudo retomar su antigua vivienda.
La colegial agradece a la UPRM el haber conocido a su psicóloga deportiva, quien ha sido de gran ayuda en su preparación atlética. También, reconoce las oportunidades que ha alcanzado, ya que cuenta con beca de honor y exención de matrícula por ser estudiante atleta, por lo que todos sus gastos están cubiertos.
Para esta temporada competitiva, la joven espera mejorar su condición física ya que el tiempo que pasó entrenando en su hogar provocó que su rendimiento bajara y que sus ánimos se afectaran. Otro aspecto en el que necesita progresar es en retomar su rutina académica y deportiva.
Lo más que desea Alejandro Soto es competir en Las Justas 2022 ya que está próxima a graduarse de su bachillerato en Biología. De no celebrarse, solamente habrá participado en una LAI.