Por: Kiara Crespo
Foto: Kiara Crespo
El Teatro Rodante Universitario del Departamento de Drama de la Universidad de Puerto Rico Recinto de Río Piedras estrenó el pasado martes la obra “Don Gil de las Calzas Verdes”, de Tirso de Molina, bajo la dirección del profesor Dean Zayas.
La pieza estará en escena hasta el 1 de mayo en el Teatro Julia de Burgos de la Facultad de Humanidades del recinto riopedrense.
La comedia del siglo de oro español trata sobre los enredos de Doña Juana, quien se disfraza de Don Gil para evitar la boda de su amado, con los otros personajes de la obra. m
El grupo teatral recreó la época barroca a través del vestuario, a cargo del profesor Miguel Vando, y el diseño de escenografía, por el profesor Nicolás Luzzi.
Los actores Gregory Preck Cruz (Caramanchel), Ricardo Cabán Nevárez (Osono) y Ángel Fabián Rivera (Alguacil) hablaron con Pulso Estudiantil sobre sus experiencias en la obra:
P: ¿La reacción del publico fue la que esperaban? ?Cuál ustedes consideran que fue la escena con más fuerza?
Gregory: Todo actor espera la reacción del público. Pero lo que fue ayer el estreno y hoy hemos tenido una reacción del público exquisita. El público coge el rol de otro personaje de la historia- sin hablar- pero con la risa, con el recibir hacia nosotros, eso lo hace brutal. Lo más difícil fue el tercer acto, la escena de la pelea, porque el poder acostumbrarse a los movimientos que es como una mini queorografía y poder movernos de acuerdo a la línea pues creo que eso ha sido el reto más difícil que yo puedo considerar.
Ricardo: La reacción del público ha sido bien inesperada, al menos para mí, porque el proceso, personalmente, ha sido bien frustrante y no sabía cómo el público iba a recibir porque el Siglo de Oro es bien difícil de entender y no sabía si iban a entender los chistes. Pero la labor de mis colegas ha sido muy buena, y ayudó mucho a que la reacción del publico sea bien buena y ayudó con el animo de todo el elenco. Yo pensaba que lo más difícil iba a ser las otras partes de la obra que son más lentas, mucho diálogo y mucha exposición de eventos antes de la obra. Pero me alegró que el público halla reaccionado bien.
P: ¿Cómo fue el proceso de caracterización para esta obra y como dio resultado en esta función?
G: El proceso de creación en Caramanchel fue tan divertido porque pude llevar a Caramanchel parte de mi vida. Es decir, yo a veces soy con mucha energía, y esa energía se la pude transmitir a Caramanchel. Creo que Caramanchel es diversión pura desde que comienza la obra hasta que termina, y lo más difícil que fue, para uno adaptarse en el Siglo de Oro es el movimiento, los gestos, la postura, el romper el verso-que no se escuche cantado sino hablado- y acostumbrarse al espacio. Pero creo que dentro de todo la experiencia ha sido super rica, hermosa, maravillosa, y !a seguir creando! Por cierto, en el proceso tu puedes dar el 50 por ciento pero tener el vestuario te da el 100 por ciento. El vestuario te da todo, las circunstancias del personaje, la vida que lleva, el conflicto, lo cómico, lo gracioso, lo serio, todo te lo da.
R: Me acerco al personaje personalmente. Pero tuve que partir de un punto de que yo soy mucho más tranquilo, y tenía que hacer el personaje mucho más energético. Realmente, no fue hasta que me puse el vestuario que me empezó a entrar más la energía y sentirme mucho más divertido.
Ángel: Este personaje es mínimo, es sencillo. Pero es importante porque a el le dan unas noticias que no son reales, y, pues, él va a hacer la justicia como vienen y se la dicen. Y, en verdad, como dicen mis compañeros, ha sido un proceso bien bueno, bien rico, bien enriquecedor. Es una comedia. Nos estamos disfrutando todos los movimientos, las exageraciones, los gestos. Es algo que es parte de trabajar en esta comedia. Nos hemos topado con par de conflictos con lo que es el verso, con esta temática que tiene- que no la entendemos muchas veces- y hay que irse a fondo para entender lo que está pasando. Ha sido bien divertido, y, como dice Gregory, ponerse el vestuario nos hace sentirnos que realmente estamos en el siglo 17, y de ahí en adelante lo trabajamos y lo dejamos todo en el escenario.
P: ¿Es la primera vez que hacen siglo de oro?
G: Sí, pero no la última. Creo que ese es el objetivo principal de Rodante: mantener viva esas obras que en algún momento las archivaron y olvidaron. Y creo que el objetivo de rodante es revivir esas historias para que el público sepa que esas historias tienen vigencia en la actualidad, y eso es lo que creo más importante de lo que tiene Rodante.
R: Es bien retante, algo que hay que seguir trabajando. Esto es una escuela para nosotros, y aquí nos educamos porque cuando salimos afuera realmente no vemos siglo de oro, y aquí es el momento de explorar esa parte.
A: Que la gente venga. Que sepan que es la comedia de Tirso de Molina. Se van a reír un montón y, aunque no parezca que se van a reír, se van a reír un montón porque esto es movimiento, palabras, gestos, todo. Se lo van a disfrutar es bien divertido.
P: ¿Cómo fue trabajar con Dean Zayas?
R: Una experiencia muy inolvidable. Es mi segunda vez trabajando con él, y, en verdad, es todo una experiencia. Él sabe mucho, y, cualquier nota que el le puede estar dando a otra persona, tú tienes que estar pendiente porque lo vas a coger para ti en algún momento, lo vas a usar a tu favor. Yo creo que Dean es una escuela completa, y aprendes con él en todo. Es una bomba atómica que hay que ir absorbiendo como una esponja porque él sigue diciendo cosas, y así es como va funcionando y ha sido una experiencia inolvidable.
G: En mi opinión, trabajar con Dean ha sido una experiencia inolvidable. Por las manos de Dean han pasado todos estos actores y actrices del campo actoral, y creo que el proceso de tu llegar a él, tener esa oportunidad aunque te dirige un movimiento, una diagonal, un gesto eso es lo que uno se lleva porque Dean es un pilar para todo actor y actriz. Dean, en la vida de uno, es un pilar que cambia la vida de uno, y creo que esa ha sido la mejor experiencia, lo que me llevo y lo que me llevaré por el resto de la vida.
A: Es bien retante, pero también es bien divertido. Dean sabe un montón, y sales aprendiendo muchísimo con él. Pero puede ser muy retante a veces porque él te da muchas notas de dirección muy buenas. Y en otras ocasiones tú no estás haciendo algo bien, y él no te lo va a decir directamente hasta mucho después al menos que tu vayas y le preguntes por eso a veces uno se siente como que estas medio perdido si no te da la nota. Pero es muy bueno, muy retante, y eso es bueno para los actores.