Segundo Ruiz Belvis fue uno de los arquitectos del Grito de Lares y abogó, durante gran parte de su vida, por la abolición de la esclavitud en Puerto Rico y por la independencia del país.
El político y abogado Ruiz Belvis organizó, junto a Ramón Emeterio Betances y otros puertorriqueños desterrados, la primera revolución armada por la independencia de Puerto Rico, que ocurrió el 23 de septiembre de 1868.
Hoy, jueves, se cumplen 153 años desde el Grito de Lares, por lo que recordamos la vida de uno de sus próceres.
Una vida en defensa de la libertad
Ruiz Belvis nació en el pueblo de Hormigueros el 13 de mayo de 1829, de padres hacendados.
Cursó sus estudios primarios en Aguadilla y luego fue a Caracas, Venezuela, a perseguir un Bachillerato en Filosofía. Continuó sus estudios en la Universidad Central de Madrid en España, donde se graduó como abogado.
En España, comenzaban a aumentar los movimientos liberales y abolicionistas, por lo que Ruiz Belvis desarrolló los mismos ideales para buscar su implementación en Puerto Rico.
Cuando Ruiz Belvis regresó al archipiélago a sus 31 años, liberó a los esclavos que había en la hacienda de su padre en Hormigueros y se mudó a Mayagüez a ejercer como abogado.
En Mayagüez, conoció a Ramón Emeterio Betances y se unió a su Sociedad Abolicionista Secreta. La asociación, fundada en 1855, buscaba salvar de la esclavitud a hijos de esclavos, bautizándolos por la Iglesia católica.
Poco después, Ruiz Belvis fue designado a un cargo en la alcaldía de Mayagüez y se hizo portavoz abolicionista y separatista. Luego, el gobierno lo destituyó de su cargo municipal, argumentando que el abogado conspiraba en contra del Estado.
El independentista fue electo en 1865 como comisionado en la Junta Informativa de Reformas de Ultramar, que pretendía que delegados de Cuba y Puerto Rico discutieran, ante a las Cortes
Generales en España, sobre las necesidades de las colonias caribeñas. Entre los comisionados de Puerto Rico, también fueron electos José Julián Acosta y Francisco Mariano Quiñones, que compartían los ideales de Ruiz Belvis.
Los abolicionistas que había en la Junta Informativa no obtuvieron apoyo suficiente en Madrid para su causa. El gabinete que los escucharía en España estaba dominado por conservadores que no simpatizaban con los movimientos abolicionistas.
Ruiz Belvis, junto a Acosta y Quiñones, redactó el “Proyecto para la abolición de la esclavitud en Puerto Rico” y juntos lo presentaron ante las Cortes Generales en España, a pesar de la oposición que había hasta el momento. Poco después, se desarticuló la Junta Informativa, y los comisionados puertorriqueños regresaron al archipiélago.
Las disputas en España sobre la esclavitud causaron preocupación en los círculos conservadores que querían mantener esclavos en Puerto Rico. Ante la incertidumbre, el gobernador de Puerto Rico para aquel tiempo, José María Marchesí, ordenó, en 1867, el destierro de diversos reformistas vocales, entre ellos, Ruiz Belvis y Betances.
Los desterrados escaparon hacia Saint Thomas, Santo Domingo y Nueva York, huyendo de la persecución política ordenada por Marchesí.
Ruiz Belvis y Betances se unieron, en Estados Unidos, a distintos grupos revolucionarios que buscaban la independencia de Cuba y Puerto Rico, lo que llevó eventualmente a la planificación del Grito de Lares.
El hormiguereño llegó a Valparaíso, Chile, el 27 de octubre de 1867 en su campaña para conseguir apoyo para el movimiento independentista.
Pocos días después, se declaró la muerte de Ruiz Belvis, el 3 de noviembre de 1867. Falleció a sus 38 años, mientras se hospedaba en el hotel Aubry en Valparaíso. Aunque se cree que murió por problemas de salud, no hay registro oficial de la causa de muerte.
Los restos del prócer fueron sepultados en Valparaíso, pero en 1962 fueron trasladados y sepultados en Hormigueros, según registros del Instituto de Cultura Puertorriqueña.
El Grito de Lares ocurrió poco más de un año después de la muerte de Segundo Ruiz Belvis, pero el abolicionista es reconocido como uno de los próceres que idearon la revolución independentista.
Alrededor de seis años después de que Ruiz Belvis y sus compañeros propusieron la abolición de la esclavitud en Puerto Rico, las Cortes Generales en España declararon la derrogación de la esclavitud, por unanimidad, el 22 de marzo de 1873.