Ante el aumento de brotes del COVID-19 que reveló, el pasado lunes, el Departamento de Salud (DS), epidemiólogas y científicas instan a la implementación de campañas educativas y refuerzo en la recopilación de datos como medidas para evitar el contagio comunitario.
La epidemióloga Fabiola Cruz López, quien lidera el Sistema Municipal de Investigación de Casos y Rastreo de Contactos de Puerto Rico (SMICRC), describió que los primeros datos del rastreo demuestran que más del 90 por ciento de los brotes no estuvo asociado a viajeros, lo que demuestra un marco complejo de transmisión, distinto al de los meses anteriores.
Agosto fue, hasta el momento, el mes con más registros por COVID-19 en Puerto Rico, se identificaron 120 brotes del virus en la isla y 852 personas involucradas en estas cadenas de infección, según los datos revelados el 3 de septiembre y publicados el pasado lunes, 7 de septiembre.
Cruz López aclaró, mediante la red social Twitter, que Puerto Rico está en un marco de transmisión comunitaria, “lo que significa que una persona puede tener múltiples exposiciones en diversos escenarios y se hace cada vez más difícil identificar en dónde se infectó”.
Además, detalló que los 120 brotes en la isla reportados por el sistema municipal de rastreo entre el 1 y el 21 de agosto no deben interpretarse como representativos de todo el país debido a que aún el equipo de trabajo es limitado y no todos los municipios participaron.
Imperante promover la participación y educar
Según el reporte del sistema municipal de rastreo, el total de la muestra fue de 3,088 personas, y 61.5 por ciento de los entrevistados no reportó contactos recientes.
“Este fenómeno me preocupa mucho. Ya que los [sistemas] de rastreo y monitoreo se nutren de la información que provea el caso identificado”, escribió en un hilo de tweets la epidemióloga Roberta Lugo.
El analista de datos que colabora con el grupo de respuesta Danilo Pérez indicó que puede haber varias explicaciones: que las personas no recuerden si tuvieron contacto, que no sepan qué es un “contacto cercano o significativo” o podría deberse al estigma ante el COVID-19 de quedar “expuestos como irresponsables”.
Ambas epidemiólogas, y las científicas Mónica Feliú Mojer y Giovanna Guerrero Medina, coincidieron en la importancia de que se establezcan campañas de educación masiva para contrarrestar esta limitación en la obtención de datos.
“Seguro, hay personas siendo irresponsables. Pero también hay muchas personas siendo responsables que aún así se contagian. Usar la culpa y la vergüenza es contraproducente a que las personas sigan medidas de prevención, cooperen con esfuerzos de vigilancia”, destacó la también neurobióloga Feliú Mojer en la misma red social.
Respecto al contagio entre familiares, Feliú Mojer recomendó que se provean alternativas de comportamiento de convivencia con el virus que muestren cómo socializar de manera segura.
Mientras, respecto a los brotes en el entorno de trabajo, sugirió “campañas de educación masiva sobre medidas de prevención ocupacionales, y establecer protocolos que se puedan seguir y adaptar fácilmente en diferentes lugares y contextos”.
Falta información
En el primer reporte del sistema municipal de rastreo, publicado el pasado lunes, se evidencia que los únicos municipios que no participaron fueron San Juan, Morovis y Adjuntas. El analista de datos, Pérez explicó que los contagios en estos pueblos es “alarmantemente alta”: para las primeras tres semanas de agosto se identificaron más de 25 casos por 10,000 habitantes en estos lugares.
“¿Cómo les fue a los sistemas de rastreo de contactos que comenzaron temprano y de manera agresiva? Municipios por toda la isla, de Las Marías a Culebra, de todos tamaños, de Ponce a Villalba, lograron limitarlo a menos de 5 casos por 10,000 habitantes”, contrastó mediante un hilo en la red social Twitter.
Por su parte, la epidemióloga Cruz López aclaró que solo 75 municipios decidieron participar en el sistema de rastreo, y que el equipo de trabajo cuenta con 516 personas en toda la isla.
Guerrero Medina, quien también es directora de Ciencia Puerto Rico (CienciaPR), enfatizó en que se deben buscar soluciones al retraso de los resultados emitidos por los laboratorios, problema de meses que no permite contactar a los contagiados a tiempo para detener las cadenas de transmisión del virus.
Por otro lado, el analista del sistema municipal advirtió que las limitaciones de acceso a pruebas del COVID-19 establecidas por laboratorios, como Toledo, también es otro factor que altera los datos. Explicó que la implementación de criterios estrictos para poder realizarse la prueba fue debido al aumento de demanda en agosto, sin embargo, impidió que personas asintomáticas pudieran acceder a la prueba.
“Comúnmente se habla de que el 80% de los casos de COVID-19 son asintomáticos. ¿Por qué, entonces, casi el 50% de los entrevistados reportan síntomas en el sistema [de rastreo]?”, cuestionó en el hilo de tweets previo a dar la explicación que considera más probable.