Acompañadas de cacerolas, maracas, pleneras, carteles, y megáfonos, cientos de voces diversas, conmovidas por los asesinatos de mujeres durante los últimos meses en Puerto Rico, consignaron durante horas frente a La Fortaleza el pasado lunes, 3 de mayo, con la consigna de exigir al gobierno la implantación de medidas justas y concretas para erradicar la violencia de género.
El Plantón Feminista, organizado por La Colectiva Feminista en Construcción, comenzó a las 3:00 p.m, pero la energía generada por la rabia y el dolor incitado tras los recientes asesinatos de Andrea Ruiz Costas y Keishla Rodríguez Ortiz animó a parte de las personas manifestantes a acampar en la “Calle Resistencia” del Viejo San Juan hasta la mañana siguiente. No hubo toque de queda que impidiera sus reclamos.
“¿Dónde está el Estado de Emergencia?”, insistían a coro las personas, dirigiéndose al liderato del archipiélago, pues según Shariana Ferrer Núñez, portavoz de la Colectiva, el gobernador Pedro Pierluisi “tiene mucho trabajo que hacer”.
Ferrer Núñez agregó, entre aplausos y afirmaciones, que el Comité de Prevención, Apoyo, Rescate y Educación de la Violencia de Género (PARE) no está cumpliendo con sus responsabilidades ante las poblaciones vulneradas.
“Cómo es posible que, en 99 días de haberse declarado un Estado de Emergencia, el comité asignado para manejar la implementación de dicho Estado de Emergencia se ha reunido tres veces. […] Dicen que han hecho, pero no dicen qué”, sostuvo la líder.
A su vez, aseguró que “la gente que está aquí poniendo el cuerpo en la calle, vamos a estar fiscalizando, vamos a estar exigiendo”.
Las diversas voces del Plantón
Una de las personas que llegó a la protesta fue Dilcia Burgos, de 36 años, quien viajó de Estados Unidos a la Isla cuando se enteró sobre la desaparición de Keishla.
“Fui víctima de violencia de género por 12 años”, compartió Burgos.
Sosteniendo un cartel con un mensaje que leía “yo salí, pero Keishla no”, la manifestante expresó que la violencia se normaliza “sin uno darse cuenta” y criticó las gestiones realizadas por la Oficina de la Procuradora de las Mujeres con su propio caso.
“Tuve que escapar del país para poder salir porque busqué ayuda con la procuraduría de la mujer y no tenían fondos. Busqué ayuda en el 2009 y volví en el 2012. En el 2017, por el huracán, yo dije ‘la puerta se me abrió, voy a salir del país con mis hijos”, reveló Burgos, quien tuvo que ‘‘botar armas porque él me iba a matar”.
Para Ariana Lima Oliver y Yaidelis Collazo Morales, estar presentes frente a La Fortaleza representó el continuo trabajo para lograr una sociedad más consciente sobre la violencia de género.
“Estoy aquí por la rabia y la furia que siento por este sistema, que claramente, declaró un Estado de Emergencia para cumplir una promesa de elección política. Ya van 100 días y, cada vez, las cosas van empeorando. Cada día sentimos más miedo”, argumentó Collazo Morales, una de las personas que pernoctó en las calles adoquinadas.
Lima Oliver coincidió en que “ser mujer no debería ser algo por lo que temer. Soy mamá, soy negra y soy queer, así que es un efecto triple interseccional que me afecta profundamente”, abundó, pues desea “seguir la pelea” por adquirir derechos por su hija.
La sororidad entre las personas que allí se quedaron protagonizó la noche y la madrugada. Entre conversaciones, repartición de comida, canciones, bailes y hasta juegos, pasaron las horas.
El Plantón Feminista culminó alrededor de las 6:00 a.m del 4 de mayo, luego de una conferencia de prensa donde la Colectiva convocó nuevamente una manifestación frente al Departamento de Justicia, pues para ellas y elles “esta lucha sigue, cueste lo que cueste”.