Por: Nathalie López Del Valle / ANLS
El profesor del departamento de Economía, Juan Lara Fontánez, presentó la conferencia “Estados Unidos y China: ¿Qué significaría una guerra comercial?”, sobre la actual guerra comercial, el pasado jueves en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras.
A través de constantes explicaciones de conceptos, el economista expuso las justificaciones y posibles repercusiones del suceso entre Estados Unidos y China que ocurre en estos momentos.
El profesor informó que el propósito de una “guerra comercial” es limitar–de forma hostil–la entrada de productos de uno o varios países al mercado doméstico. Este tipo de conflicto resulta de la imposición o alza de impuestos mutuos entre países. Tal medida es implementada por las naciones participantes para “proteger” su mercado doméstico de una amenaza externa.
Según la presentación del doctor, la última guerra comercial ocurrió en 1930 y causó la Gran Depresión, la peor crisis económica del pasado siglo. La imposición competitiva de impuestos entre los países más poderosos del sistema internacional provocó el colapso total del comercio internacional, altas tasas de inflación, desempleo rampante y la pobreza de miles.
Actualmente, la guerra comercial entre Estados Unidos y China está en sus etapas iniciales, con solo meses desde su comienzo el verano pasado. Todo empezó cuando el gobierno estadounidense acusó a China de prácticas “deshonestas” en el comercio. Las querellas entre ambos países fueron las siguientes:
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Estados Unidos acusó a China de mantener su moneda, el yuan, devaluada intencional y artificialmente. De ser cierto, sería una táctica de parte del gobierno chino para vender sus productos a un precio más barato, y más competitivo, en el mercado internacional.
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Estados Unidos tiene un déficit comercial con China. En otras palabras, Estados Unidos compra y consume más productos chinos, mientras que China compra y consume un número mucho menor de productos estadounidenses. Esto resulta en más ganancias para China y más pérdidas para Estados Unidos. La queja de Estados Unidos en este caso es que esto es una práctica injusta de parte de China y desean balancear esta diferencia en el volumen del comercio.
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Aparentemente, a través de ciertas políticas que regulan a las empresas privadas foráneas en el mercado chino, el gobierno de China ha logrado la transferencia forzosa de tecnologías a su país. Entre estas políticas se encuentran las restricciones a las inversiones extranjeras, requisitos mínimos de contenido de productos o materiales nacionales en todo lo producido, regulaciones de acceso al mercado y requisitos de inversión nacional.
Las acusaciones comenzaron un círculo vicioso: Estados Unidos alza los impuestos de las importaciones chinas y el gobierno de china reacciona al alzar los impuestos a importaciones estadounidenses. El significa una competencia económica entre las dos economías más grandes del mundo.
Sin embargo, desde comienzos de la administración Trump, Estados Unidos ha elevado los impuestos a la mercancía proveniente de otros países, como Canadá, México y la Unión Europea, no solo China. Recientemente, México llegó a un acuerdo con la potencia estadounidense para que detuvieran el aumento de impuestos en cambio de concesiones.
Lara Fontánez piensa que hay tres posibles futuros escenarios para la actual guerra comercial: uno positivo, uno negativo y uno probable. En el escenario positivo, Estados Unidos declarará victoria luego de obtener ciertas concesiones de parte de China. En el caso negativo, ocurrirá una segunda Gran Depresión con el colapso del comercio internacional y consecuencias a largo plazo. En el ‘probable’, el crecimiento del comercio mundial se detendrá, el déficit comercial de Estados Unidos y su deuda–actualmente la más grande del mundo–aumentará, y los consumidores cotidianos se verán enfrentados con precios más altos.
Ya hay varios afectados por las repercusiones de esta guerra, como las empresas transnacionales estadounidenses. La guerra comercial ha causado interrupciones en su cadena de producción, la cual depende de la circulación del mercado internacional para el traslado de materia prima y productos a través de las fases de producción. Esto resultará en productos más costosos para los consumidores y una caída en las ganancias de las corporaciones americanas.