Llega un punto en tus años de bachillerato en el que te preguntas (o te preguntan): ¿Qué viene después del diploma? Es difícil tomar la decisión porque, entre la alta tasa de desempleo y los costos de escuela graduada, no sabes qué hacer. Es un miedo grande pensar que llevas más de cuatro años estudiando para nada. Entonces, nos encontramos en la disyuntiva de, simplemente, no saber qué hacer. La realidad es que, como estudiantes, hay expectativas que cumplir.
Noviembre y diciembre no solo marcan la época de finales, para estos meses también comienza la carrera para solicitar a escuela graduada. Es como si se juntara la gimnasia con la magnesia. Uno como estudiante debe estudiar para mantener el promedio suficiente para continuar sus estudios postbachillerato, pero también debe dedicarle tiempo a las solicitudes. Que gran ironía.
La mayoría de los universitarios viven con ansiedad constante. No necesariamente es seria, puede ser leve, la necesaria para brindar la adrenalina que ayude a realizar labores. En su estudio, “Ansiedad en estudiantes universitarios: estudio de una muestra de alumnos de la Facultad de Educación”, Valentín Martínez Otero-Pérez habla sobre el balance que se debe mantener con la ansiedad, “pues ayuda por ejemplo a afrontar los retos que se presentan en la vida universitaria”. Sin embargo, la ansiedad que brinda solicitar a escuela graduada no es la que necesitamos en nuestro ámbito diario.
No obstante, ¿qué hay de los que no pueden pagar o solicitar un préstamo para la maestría? Toca trabajar. Entonces, lo difícil es buscar un trabajo que te apasione o que este remotamente ligado a lo que estudiamos. Y, ciertamente, ingreso hay que buscar porque la vida aprieta y la economía también.
No hago este análisis para aumentar la presión, y mucho menos la ansiedad, pues la vida se encarga de eso por sí sola. Entro en el tema porque me parece injusto que se espere tanto de personas que están empezando a vivir. La gran mayoría de los universitarios comenzaron a ser verdaderos adultos en su primer año y otros ni van por ese camino.
Mucho éxito a aquellos que les toca tomar una decisión. A los que ya la tomaron, mucha suerte logrando la meta propuesta. A mí me toca solicitar a escuela graduada, y si pudiese llegar a la meta sin tener que enfrentarme a la carrera, lo haría, pero la vida no es así de fácil… y la solicitud tampoco.
Las expresiones vertidas en este escrito no necesariamente representan el sentir de Pulso Estudiantil.
KMCV