Con los esfuerzos de profesores a través de los años y la labor de la doctora Mayra Santos Febres, la Universidad de Puerto Rico Recinto de Río Piedras obtuvo una subvención de $700,000 de la Fundación Andrew W. Mellon para crear el Programa de Estudios Afrodiaspóricos y Racialidad y auspiciar el Tercer Congreso Internacional de Afrodescendencia en Puerto Rico.
La profesora afropuertorriqueña destacó que el factor principal que condujo al comité a elaborar el programa es la meta de erradicar el racismo institucional.
“El racismo institucional es cómo las instituciones de gobierno, educación, vivienda y salud desestiman e invisibilizan los reclamos de grupos marginalizados por razón de raza”, subrayó la novelista en entrevista con Pulso Estudiantil.
La ideación de este programa se inició en los años setenta con profesores como Manuel Febres González y Liliana Cotto Morales, y otros intelectuales que expusieron la ausencia de una especialización en estudios de raza y cómo todas las disciplinas enseñadas en el recinto se impartían desde una mirada eurocéntrica, explicó la también escritora.
Los profesores comenzaron a ofrecer cursos sobre la raza, pero no conducían a una especialización. Cuando este grupo de educadores se fue retirando, la psicóloga social comunitaria, Doris Quiñones Hernández, inició un nuevo comité abierto a profesionales dentro y fuera del recinto para continuar el desarrollo de la concentración académica.
Santos Febres planteó la misma preocupación sobre la falta de educación especializada en la raza desde el Departamento de Humanidades, pero no hubo progreso hasta que la profesora intervino al percatarse que la institución pasó una oportunidad para subvencionar el programa.
“Empecé a trabajar en el Instituto Interdisciplinario y Multicultural (INIM) y me llega la información que ya la Mellon Foundation había puesto una invitación a la Universidad de Puerto Rico para que solicitara unos fondos para el desarrollo de este programa, pero eso pasó justo después del Huracán [María] y no se había aprovechado esa oportunidad,” sostuvo la novelista.
La profesora contactó al “Program Officer” de la Mellon Foundation, Armando Bengochea, para verificar si la ayuda aún estaba disponible. Santos Febres contó con la colaboración de un equipo y con la asistencia de Bengochea para el desarrollo de la propuesta durante tres meses.
Mercedes Monagas González, coordinadora del Pre-Award Office en la División del Decanato de Estudios Graduados y de Investigación (DEGI), y su equipo de trabajo, calcularon el presupuesto, mientras los profesores Yomaira Figueroa, de Michigan State University, y Antonio Pontón Núñez, de Pratt Institute, ayudaron con la redacción de la propuesta.
Asimismo, según Santos Febres, el atraso de la apertura de una especialidad en estudios de raza en el primer centro docente del país se debió al mismo racismo institucional.
El discurso del mestizaje y la falta de estadísticas de cómo diferencialmente se tratan los derechos de las personas afrodescendientes son utilizados para reforzar la invisibilidad del racismo. En adición, la ausencia de un centro o política de inclusión de práctica perpetúa este comportamiento.
“Tampoco hay una política de contratación a tiempo completo o por plazas de profesores afro […] Después hay que preguntarse cuántas personas afrodescendientes son directores de departamentos, cuántos han sido rectores […] ¿Cuántas personas afro están sentadas en el espacio del tomo de decisiones? Este programa es para una inclusión racial […] donde se pueda tomar decisiones de cómo se emplean los recursos de la UPR, para crear una diversificación académica y una inclusión profesional equitativa […] Para crear los programas, los protocolos y las instancias, traer la inclusión racial equitativa y cambiar la política pública”, declaró Santos Febres.
La universidad abrió el programa dentro de la Facultad de Estudios Generales porque cuenta con un equipo de investigadores y profesores, aparte de ser un enfoque general y no especializado. Además, es la casa del Instituto Interdisciplinario y Multicultural (INIM), que provee el enfoque que este programa requiere.
“Los temas de racismo, racialidad y la afrodescendencia atraviesan todas las disciplinas. Atraviesa literatura, comunicaciones, ciencias, nanotecnología, historia, música, teatro, ciencias sociales, estadísticas, leyes, ¡todo! Es el lugar perfecto para el desarrollo de un programa interdisciplinario y multicultural”, aclaró la autora.
El Tercer Congreso Internacional de Afrodescendencia en Puerto Rico
La profesora de literatura confía que el Congreso postulado para octubre será presencial, pero no va a tener una sede central. Habrán actividades dentro del recinto riopedrense como actividades satélites en comunidades, municipios y escuelas. El tercer Congreso estará compuesto de actividades y talleres académicos como conciertos y otras presentaciones culturales.
“No va tener centro […] va a ser como es la raza: la afrodescendencia está por todo el mundo, en todas las disciplinas y en todos los espacios de vida, y así mismo quiere ser el Congreso […] va a tratar de ser bien inclusivo de todas las comunidades y poblaciones que se puedan beneficiar de los estudios y de los eventos de valorización de la afrodescendencia”, anunció Santos Febres.
Todos estos esfuerzos van alineados con el Decenio Internacional para los Afrodescendientes presentado en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) (2015-2024); todos los países del mundo llevaban trabajando estas revisiones y “Puerto Rico no se iba a quedar atrás”, concluyó la doctora.