Hace cuatro años, cuando Marcos Ramos Benítez era estudiante doctoral en el Recinto de Ciencias Médicas (RCM), la desinformación sobre las vacunas contra el sarampión inundaba las redes sociales.
La popularidad del movimiento antivacunas despertó un sentido patriótico en Ramos Benítez y lo condujo a cuestionarse cómo podía servirle a Puerto Rico a través de las ciencias, expresó el joven de 28 años en entrevista con Pulso Estudiantil.
A raíz de su preocupación, el egresado del RCM creó Ciencia en tus Manos (CETM), una página en la que se publica contenido educativo basado en evidencia científica.
A pesar de su interés genuino de educar a la comunidad puertorriqueña, el proyecto del comunicador científico atravesó “altas y bajas”. Acompañado del cofundador de CETM, Kevin De Jesús Morales, Ramos Benítez creaba contenido, “pero no era consistente”.
El “boom” de Ciencia en tus Manos
Con el surgimiento de la pandemia del COVID-19, su compromiso social no tan solo se fortaleció, sino que lo encaminó a “comunicar las cosas de forma sencilla y crear contenido que fuera fácil de digerir”.
Sabemos que aún hay muchas dudas sobre cómo se crean, aprueban y distribuyen las vacunas; en especial en este tiempo de…
Posted by Ciencia en tus Manos on Wednesday, April 21, 2021
Así fue como CETM pasó de ser una página de Facebook a una organización sin fines de lucro, que, según el fundador, “hace comunicación científica de temas que son complejos y controversiales a través de las redes sociales, pero que tiene un componente educativo que también crea programas de desarrollo profesional para todas las edades”.
AHORA
&¿Por qué? ¿Hasta cuándo? ¿Qué significa?
HILO pic.twitter.com/NUINPyzOl2
— Ciencia en tus Manos (@cetmpr) April 13, 2021
El ceibeño destacó que su organización provee herramientas que no siempre se enseñan en la escuela o universidad, pero siguen siendo importantes para desarrollarse profesionalmente en las áreas de STEM, que incluyen las ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas.
A más de un año del comienzo de la pandemia del coronavirus en la Isla, el fundador de CETM afirmó:
“Cuando lo miro así a grandes rasgos, pienso que sí, que el impacto [de CETM] ha sido real. Que hemos tenido una voz y un rol en la pandemia y en la información que la gente ha tenido. Que nos hemos convertido en una fuente de información, que está basada en evidencia [científica] (…) que es un contenido que la gente le gusta leer porque lo entienden y yo creo que esa es la meta de nosotros: crear ese contenido, ser esa fuente de información”.
La importancia del trabajo en equipo
Aunque sus logros profesionales son innumerables, el doctor en microbiología le atribuye gran parte de su éxito a las personas con las cuales se rodea.
Para el becario postdoctoral de un centro de investigación asociado al Instituto Nacional de Salud (NIH, por sus siglas en inglés), el apoyo incondicional de su familia, amistades, colegas y mentores ha sido “el secreto” de las metas alcanzadas.
Asimismo, Ramos Benítez considera que la comunidad de CETM no hubiese crecido sin las aportaciones de los “increíbles jóvenes profesionales puertorriqueños” que componen el equipo de trabajo de la organización.
El también egresado de la Universidad de Puerto Rico en Humacao (UPRH), institución en donde obtuvo un bachillerato en biología, reconoce el valor que tienen los miembros del equipo de la fundación y asegura que estos “aman la iniciativa de la misma manera”.
Talentos fuera del laboratorio
Si bien el joven oriundo de Ceiba lleva la ciencia en sus venas, esta no es la única disciplina en la cual se ha distinguido a través de su experiencia de vida.
Al doctor no tan solo le “encanta estudiar”, sino que también ha jugado baloncesto, béisbol y voleibol desde temprana edad.
Su pasión por los deportes fue tal que, al comenzar sus estudios universitarios, el acomodador estuvo un año en el equipo de voleibol de los búhos de la UPRH. Pese a su afición por la actividad física, sobre todo, por el béisbol, al expresidente de la Asociación de Microbiología del RCM también le entusiasma la música.
El investigador postdoctoral reveló que ha sido músico desde que tiene aproximadamente 10 años. De pequeño, tomó clases de guitarra y aprendió a tocar el piano tanto en la iglesia que frecuentaba como por cuenta propia. En su segundo año universitario, el bajo dejó a un lado las prácticas de voleibol y se integró a los ensayos del coro de la UPRH.
Su creatividad artística continúa siendo parte integral de su cotidianidad y, a menudo, el científico boricua comparte videos a través de las redes sociales cantando y tocando la guitarra, el piano o el bajo.
En su tiempo libre, el talentoso joven “apaga la ciencia y enciende la música”, puesto que además de ser autor principal de artículos en revistas científicas de renombre, se deleita escribiendo canciones.
Ciencia: en la diáspora y en Puerto Rico
Tras completar su doctorado en el RCM, Ramos Benítez se mudó a Bethesda, Maryland con el fin de comenzar su entrenamiento postdoctoral en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas Generales (NIGMS, en inglés).
Sobre su experiencia como investigador puertorriqueño en la diáspora, el joven compartió que, inicialmente, fue difícil sobrepasar el choque cultural, un fenómeno que ocurre al mudarse a un entorno cultural distinto.
Sin embargo, se cataloga como una persona “sociable”, cualidad que ha posibilitado una adaptación exitosa en su nuevo hogar. A pesar de que ha logrado acostumbrarse al ambiente, el ceibeño aspira a regresar a Puerto Rico y establecer su propio laboratorio de investigación.
El también músico reafirmó su compromiso interminable con CETM, puesto que, en un futuro, anhela que la organización tenga un espacio físico, en donde hayan salones de estudio y se puedan ofrecer charlas presenciales.
“Son muchos los planes que tenemos con CETM. Los menciono porque yo soy contrario a lo que mucha gente piensa: si tienes un plan no lo debes decir para que (…) se cumpla. Yo pienso lo contrario: cuando tú tienes un plan, tú tienes que hablarlo y traerlo a la existencia, que deje de ser alguna idea en tu mente y que se convierta en una idea casi colectiva”, concluyó, sonriente, el científico boricua.