“Me acosaron en una fiesta, se lo dije a mi expareja y me dijo ‘Yo no quiero a alguien que todos puedan tener’. No entendía lo que era el acoso y me dejó esa misma noche”, recordó Bianca Aponte Ríos, una víctima más de una violencia invisibilizada.
La también graduada en mercadeo y ventas de moda explicó que, durante dos años, estuvo en una relación de abuso emocional, manipulación y control sin un derecho al que sujetarse, sin una agresión reclamable.
En una entrevista con Pulso Estudiantil, Aponte Ríos detalló cómo su pareja sustituyó las flores por críticas y los chocolates por restricciones.
“Me encontraba pidiendo casi permiso, como si fuese mi padre o madre, justificando mis acciones. No quería que tomase oportunidades de trabajo si eran muy lejos de él”, puntualizó la joven de 22 años al expresar cómo el protagonismo del machismo que lideraba su noviazgo la obligó a estructurar sus acciones según la comodidad de su pareja.
Tipos de violencias invisibilizadas
Faltas de respeto verbales, la romantización de los celos, limitar donde puede estudiar o trabajar, controlar la vestimenta y manejar las cuentas bancarias o el carro figuran entre las características de una vinculación con el sello de desigualdad y tinta de machismo, según la doctora Yanci Torres Jiménez, especialista en psicoanálisis.
A su vez, el terapista de salud emocional David Alcalá Pérez explicó que todo inicia con microagresiones propias, “Solo toma un comentario para que la mujer de momento no se ponga x pantalón, x traje de baño, no se maquille. Todo por miedo, ‘porque así no le gusto a mi pareja’”.
El psicólogo aclaró que la primera señal es cuando uno empieza a modificar aspectos de su vida o esconde detalles para que la otra persona no le cele o no le discuta sus decisiones.
Por su parte, la fundadora del Observatorio de Equidad de Género, Irma Lugo Nazario, categorizó los actos mencionados como microagresiones al reiterar que las mujeres tienen el derecho a ser libres.
“Fui a una escuela superior a dar una charla y terminé conversando con estudiantes quienes me contaron que estaban por celebrar Halloween y el novio de una alumna le ordenó que tenía que estar a las 10 en su casa”, añadió Lugo Nazario.
De igual manera, Alcalá Pérez especificó que el machismo también se manifiesta en las relaciones sexuales entre parejas.
“Muchas pacientes me dicen ‘No es equitativo, yo me aseguro de complacerlo y él no’. No es aceptable si se vuelve la regla que él solo quiere recibir y yo me siento obligada a hacerlo por miedo a que busque a otra o que esté insatisfecho, pero entonces yo me quedo sin terminar”, sostuvo Alcalá Pérez al destacar cómo renunciar al propio placer puede tener repercusiones multifacéticas.
Según Torres Jiménez, las víctimas también pueden sufrir de aislamiento, reducción de autoestima, dependencia, estrés postraumático (PTSD por sus siglas en inglés) o estar en una búsqueda constante de satisfacerlo por miedo al abandono o infidelidades.
Las personas, la víctima o el agresor, si ven estas relaciones como algo normal es, generalmente, porque lo viven en sus casas o en las relaciones de sus familiares, comentó Torres Jiménez.
“Nunca fue agresivo físicamente, pero me faltaba mucho el respeto cuando yo prefería hablar las cosas. A veces yo no sabía si estaba mal o bien porque no tenía manera de compararlo. Mis papás están divorciados y su relación no fue saludable”, aclaró la estudiante Aponte Ríos sobre el machismo que experimentó en su noviazgo.
Asimismo, a muchos expertos les resulta alarmante que gran cantidad de los adolescentes consideran las agresiones físicas y psicológicas como prácticas “normales” para la resolución de los conflictos e “inherentes” a la propia relación de pareja y, tal como Aponte Ríos, desconocen lo que es tener una pareja “saludable”, de acuerdo con una investigación titulada Factores asociados a la violencia en el noviazgo entre adolescentes.
Por otro lado, Alcalá Pérez extendió su discurso sobre microagresiones al indicar que darle el celular a la pareja o refutar compartirlo no debería de ser un elemento para medir la confianza que existe entre los enamorados.
“Tu no le tienes que dar tu teléfono a tu pareja. Mis pacientes me dicen, antes él me daba el teléfono y ahora no me lo quiere dar. Eso es un elemento bien privado, si sientes que tienes que ver los mensajes de tu pareja para corroborar si hay amor hay algo que está mal”, argumentó Alcalá Pérez.
De dónde vienen los comportamientos
“Desde que Ariel tuvo que abandonar su comodidad y su vida en el agua para gustarle al príncipe”, resaltó el asesor en trauma Alcalá Pérez al describir cómo las semillas del machismo en las relaciones de noviazgo entre los jóvenes se cultivan desde la infancia.
Sin embargo, Lugo Nazario, la también integrante de Coordinadora Paz para la Mujer, Inc. amplió lo sostenido por el especialista en psicología al atribuir el problema a las lagunas del sistema educativo.
La ausencia de una educación con perspectiva de género y limitar la educación sexual a hablar solo sobre anticonceptivos y abortos son los perpetuadores principales del machismo dentro del amor entre jóvenes, según la portavoz de los derechos de las mujeres.
Por su parte, la exdirectora de la Comisión de Asuntos de la Mujer en el Senado, Ana Álvarez Conde, también resaltó la necesidad por la integración de clases de inteligencia emocional en el currículo.
La integración de un currículo con perspectiva de género puede ayudar a disminuir la incidencia de dicha problemática. No obstante, la concepción del machismo como algo cultural en otros espacios de la sociedad es un factor que igualmente contribuye a la continuación del ciclo de microagresiones.
“A nivel social el machismo es bien alto, en la iglesia, las madres o los encargados no dejándolos fregar, cocinar, lavar ropa, jugar con muñecas. Lo primero que nos dicen es que Dios sacó a la mujer de la costilla de Adán y después de eso ahí nos quedamos. Lo segundo es cuando las abuelas te dicen que hubo violencia en su matrimonio, pero que ellas se casaron para toda la vida”, precisó Torres Jiménez la experta en psicoanálisis.
Asimismo, las relaciones que circundan a los jóvenes distorsionan su imagen del amor y la definición que le otorgan al término.
En una investigación titulada “El Significado del Amor en la Adolescencia Puertorriqueña”, jóvenes entre 15 a 17 años tuvieron la oportunidad de describir la palabra “amor”.
Entre las niñas, las palabras “felicidad”, “fidelidad” y “honestidad” figuraron entre aquellos términos de menos importancia en una relación amorosa.
Respecto a los varones, las descripciones más comunes y con mayor número de votos fueron “Dios” y “respeto”.
En general, la definición con menos votos fue la palabra “comprensión”.
A pesar de que el estudio fue basado en niños menores de edad, eran estudiantes quienes en dos o tres años configurarían entre los alumnos de una universidad y luego, adultos quienes continuarán el patrón.
Un estudio de parte de la Universidad de Puerto Rico de Cayey y Humacao concluyó que 80% de los encuestados sostuvieron haber experimentado por lo menos un incidente violento en su relación de pareja anterior.
Los sujetos de la investigación, todos jóvenes universitarios y 70% de ellos mujeres, indicaron que los incidentes de mayor prevalencia fueron: “Gritos”(47.6%), “Celos” (43.8%), “Indiferencia” (39.2%), “Insultos y palabras obscenas” (36.1%) y la “Prohibición de hablar con personas del sexo opuesto” (35.6%).
Por su parte, Aponte Ríos coincidió con los hallazgos del cuestionario por la institución educativa, pues reflejan su experiencia en una relación abusiva. “Una vez mi puerta del apartamento se trancó y el propietario de mi espacio no contestaba. Luego de cuatro horas decidí romper la manecilla de la puerta y él me gritó: ‘Que fea cuando te pones así, eso no es lo que haría una chica fina’ y me humilló al frente de todas mis amistades”, recordó la joven.
Según los expertos la mayoría de los feminicidios inician así, con microagresiones que rigen la cantidad de besos dados y el respeto otorgado.
“Crees que estás en una relación normal, y de momento es demasiado tarde. No es tu culpa y nunca lo va a ser, pero pensar que es lo que te mereces o que está bien aporta al problema”, expuso Lugo Nazario.
La escasez de atención de parte del gobierno
Para Álvarez Conde es “sorprendente” como Puerto Rico fue el primer país en conceder una ley contra la violencia doméstica (también conocida como la ley 54) en el 1989, pero ha fallado en categorizar las agresiones en el noviazgo como delito.
“En los casos como el de Yarimar en Hormiguero, el caso de Rosimar, no hay nada que diga es violencia de noviazgo ni nada alzando la estadística”, ilustró Álvarez Conde.
La licenciada expuso que el machismo es normalizado y apoyado desde la esfera pública y determinó que es un problema sin un proyecto colectivo para combatirlo.
Hace un año, la gobernadora Wanda Vázquez Garced impuso un estado de alerta de violencia de género en Puerto Rico con el fin de priorizar a las sobrevivientes.
De acuerdo con Álvarez Conde, “fue un papel que no sabemos en qué consiste, pero que se firmó y no se ha puesto en práctica”.
El 26 de octubre, la gobernadora decidió sustituir la declaración de un estado de emergencia por la violencia machista, que exigen varios grupos feministas, por una orden ejecutiva que establece que el Departamento de Educación (DE) debe adiestrar a todo su personal sobre equidad de género.
No obstante, según Todas, el portavoz del DE esclareció que, a partir de esta semana, se iniciará el proceso y cada persona tendrá hasta el 31 de diciembre para adiestrarse.
“El tribunal atrasa las vistas, la policía tarda en llegar y en investigar, no hay prioridad, no es considerado una emergencia”, puntualizó Álvarez Conde al narrar como el exgobernador Ricardo Rosselló Nevares le proveyó una cita a René Pérez Joglar y a Bad Bunny luego de negársela a ella.
La activista también afirmó que se trata de una política pública de parchos con intervención, en lugar de prevención e insistió en que Puerto Rico tiene mucha legislación y poca ejecución.
A su vez, Aponte Ríos concordó con la abogada y defensora de los derechos de las mujeres y subrayó la importancia de eliminar los tabúes que rigen la conversación sobre “amor y desamores”.
“Las personas deberían de quitarse el miedo y pedir ayuda. Tristemente, no es solo el gobierno quien nos niega ayuda, sino las familias y escuelas que refutan la conversación. Las personas dicen ‘eso es algo entre ellos dos’, pero en una etapa de desarrollo ‘eso’ es entre todos”, exaltó la estudiante y víctima del machismo en Puerto Rico.