“Rulé, rulé, rulé sondá, repícame la bomba, rulé sondá”.
(Fragmento de la canción ‘’Rulé Sondá’’ de Los hermanos Ayala)
Todo puertorriqueño ha bailado, cantado o escuchado el ritmo de la bomba en algún momento. Aunque es proclamado como un género musical nacional, gestores de la bomba en Puerto Rico afirmaron a este medio que hablar de bomba implica visibilizar las luchas de las personas negras contra el racismo y el coloniaje en la Isla.
La bomba es uno de los ritmos más antiguos en el país y es considerado el género musical más negro y afrodiaspórico. Se estableció en la Isla con la llegada forzosa de los esclavizados africanos durante la colonización europea. Sin embargo, Bárbara Abadía Rexach, investigadora en temas de racialización en Puerto Rico, mencionó que, a través de la música, “se ha quedado corta la discusión de lo que es realmente la bomba”.
“No se utiliza la bomba para hablar de cimarronaje, de cómo mientras los esclavos hacían música estaban planificando cómo escapar, pensando en cómo sobrevivir o cómo estaban manteniendo sus raíces y su cultura a través del ritmo, de la música”, declaró la antropóloga.
Para la también profesora de la Universidad de San Francisco, promover la bomba como un ritmo meramente puertorriqueño es uno de los problemas principales porque invisibiliza la lucha antirracista.
“Es igual que la negación del racismo antinegro en Puerto Rico, pues ¿A quién le echamos la responsabilidad si no reconocemos el problema? ¿Cómo lo solucionamos? Y de igual manera, bajo esa retórica de que la bomba es de todos y todas, en un espacio democrático, se dejan afuera unas discusiones súper importantes que abonarían a la lucha antirracista, a que la bomba se reconozca como el ritmo musical más antiguo que tiene Puerto Rico”, afirmó Abadía Rexach.
La investigadora añadió que la bomba es una oportunidad para pensar en cómo se construyen los discursos raciales en Puerto Rico.
Desde la perspectiva de Pablo Luis Rivera Rivera, profesor de la Universidad de Puerto Rico, quien educa sobre la herencia africana en Puerto Rico, la invisibilización de la lucha negra en la bomba recae en la situación colonial que tiene el país con Estados Unidos.
“La invisibilización viene por el colonialismo que ha hecho que nosotros glorifiquemos al opresor y no al oprimido, así que dentro de todo esto tenemos que ver el marco en el que está enclavada la bomba”, argumentó el también gestor cultural.
Para Rivera Rivera una de las razones por las que ahora se enfatiza que la bomba es puertorriqueña se debe a que, en el país, ha surgido un movimiento que reconoce la afrodescendencia y la africanidad, aunque anteriormente no se aceptaba.
“Se hablaba de la bomba como que era un género extranjero. Entonces se ha dado ese proceso de visibilizar y de que se convierta en un símbolo de la puertorriqueñidad, vista desde esa herencia africana y afrodescendiente”, puntualizó el docente.
Gestionar la bomba desde un sistema educativo inclusivo
Abadía Rexach y Rivera Rivera coincidieron en que parte de la ignorancia hacia la bomba en Puerto Rico también radica en el sistema educativo del archipiélago.
“Ese hecho de seguir hablando de los esclavizados como si fuera un ente social y no hablar de las múltiples etnias que han venido del continente; que no se hable de que África es el lugar donde empieza la humanidad, que no se hable de los imperios y de los reinos que estaban antes de la colonización, yo creo que educar sobre todo eso es importante”, consideró el gestor del taller de bomba Afrolegado.
Por su parte, Nora Cruz Roque, gestora cultural y declamadora del verso negrista, denunció el retraso del Departamento de Educación en enseñar sobre las raíces culturales afrocaribeñas.
“Fui maestra por 36 años, y viví momentos en donde claramente el Departamento de Educación era una marioneta del Sistema, lo que sigue siendo, y hace lo que el gobierno federal decide”, detalló.
La también administradora de la Casa del poeta Luis Palés Matos expresó que, por racismo y por miedo durante el coloniaje, se ha tratado de borrar la historia afrocaribeña de la memoria colectiva.
Según explicó Abadía Rexach, dentro de los mitos que se comparten sobre la bomba, se dice que era el ritmo que componían los negros para esparcirse y entretenerse, pero no enseñan otras razones por las que utilizaban la bomba.
“Imagina qué pasa si toda esta gente o todo Puerto Rico empieza a tocar bomba y se forman todos estos bombazos que son espacios fascinantes, pero para el estado, desde su ignorancia, no entiende lo que la bomba incluso podría hacer desde el punto de vista de la educación. ¿Cómo podríamos educarnos desde la bomba? Si pensáramos que es un ritmo que ha sobrevivido precisamente por el cimarronaje, por la resistencia, los afrosaberes”, añadió Abadía Rexach.
La antropóloga agregó que en las escuelas no se enseña la bomba más allá del punto de vista de celebración folklórica, lo que desliga al género de su significado como herramienta de resistencia.
A través de la historia, la autogestión de talleres y escuelas de bomba han resaltado el ritmo como un movimiento social de lucha.
Como parte de las iniciativas que Rivera Rivera propone para que Educación también promueva la bomba como símbolo de resistencia, se encuentra incorporar un proyecto de integración curricular que incluya este género musical como un elemento histórico puertorriqueño.
Mientras, Abadía Rexach expuso que el estudio de las músicas puertorriqueñas podría brindar al estudiantado una perspectiva sobre cómo estos ritmos sirven para enfrentar la lucha decolonial en la Isla.
“La bomba sería una herramienta fascinante para enseñar en las escuelas otras historias de lo que somos como puertorriqueños y puertorriqueñas”, determinó la profesora.
Aunque para Cruz Roque el racismo y la falta de conocimiento cultural en Puerto Rico es un reto, todos están de acuerdo con que la bomba continuará ocupando más espacios en el futuro, pues ha pervivido porque es un ritmo de mucha fuerza y lucha.