Por: Ángeles R. Rodríguez Negrón
Era un típico y caluroso miércoles cuando Fabián L. Ortiz Negrón, de 21 años, y Emmanuel Pantoja Morán, de 26 años, conversaban mientras comían unos mantecados en la Taquería Azteca de la avenida Universidad.
Nunca esperaron que pocos minutos después, en esa tarde del 28 de marzo, serían los protagonistas de un intento de asalto a plena luz del día en Río Piedras.
Luego de hablar por un poco más de media hora, los estudiantes del recinto riopedrense de la Universidad de Puerto Rico marcharon ligeramente para cruzar la avenida hacia el Colmado Cabrera mientras hablaban sobre las actitudes apropiadas en las relaciones sentimentales con mujeres.
“Un chiste mongo que mi amigo [Emmanuel] mencionó: ‘Ahora, me vas a dejar por tu crush’”, recordó el estudiante.
Hasta ese momento, no percibieron algo fuera de lo normal en sus alrededores.
Pero, a medio camino por la Amalia Marín, la calle aledaña al local de comida italiana Mona Lisa, Ortiz Negrón sintió que alguien haló su camisa e intentó quitar el bulto de su espalda.
“Por instinto, salí a la defensa sin percatarme de que era un asalto. Comencé a forcejear con el sujeto… Recuerdo claramente cuando logré caer en cuenta y observarlo tan de cerca a mí que me asusté”, expresó Ortiz Negrón. “Comprendí que él quería algo más que el bulto o buscaba querer hacer algo más”, añadió el bachiller de Ciencia Política.
El alumno golpeó al asaltante en la cara, pero el agresor continuó empujándolo. En el forcejeo, el atacante cogió al joven por el cuello para romper su camisa blanca, e intentó arrancarle un collar de playa y una cadena pequeña.
En ese instante, el accidentado cayó al suelo y pataleteó, pero su victimario no le soltó el brazo izquierdo.
Mientras, Pantoja Morán llamó al 9-1-1 a las 3:32 p. m. para reportar lo que presenciaba. “Dentro de la ansiedad y los nervios, cuando caí al suelo, intentó golpearlo con su bulto”, dijo la víctima, refiriéndose a su compañero.
Los mismos sentimientos dominaron al también presidente fundador de la Asociación Universitaria en Comunicación Empresarial, dejándolo indefenso en el suelo por unos segundos. “Recuerdo que en el restaurante había personas, y al yo gritar fuertemente: ‘SUÉLTAME, SUÉLTAME’; nadie salió a socorrerme”, admitió.
Con una patada entre las piernas, Ortiz Negrón se zafó del atacante.
Cuando vio la luz roja del semáforo, zigzagueó rápidamente entre la gran cantidad de vehículos en la avenida, y alertó a aquellos en su entorno sobre la situación que sufrió.
En ese instante, notó que sus manos y su camisa rota estaban ensangrentadas.
Corrió hacia Plaza Universitaria, y llamó a una compañera que lo esperaba para ir al tren. Minutos después, los guardias del edificio le dieron los primeros auxilios y procedieron a tomar los datos del incidente.
“Solo sufrí rasguños en los codos y cuello, una cortadura en la mano derecha y [en el] estómago”, mencionó el perjudicado.
La ambulancia llegó unos diez minutos luego del incidente. No obstante, la policía nunca llegó.
A las 6:11 p. m. del mismo día, Ortiz Negrón publicó lo sucedido en la página de Facebook Sabes si eres de la IUPI si__ para alertar a la comunidad universitaria, pidiéndoles que regaran la voz. La nota del gallito ha sido compartida 72 veces.
En la publicación, describió al delincuente como un hombre de “tez trigueña, estatura aproximada de 5’5” a 5’8”, porta camisa azul de botones, gorro azul, jacket oscuro y anda con la boca cubierta por un pañuelo”.
“Al día siguiente, realizamos la querella formal ante la Policía Estatal en el cuartel de Río Piedras, y para nuestra sorpresa, un sujeto con descripciones similares a las que ofrecimos a los agentes quienes nos atendieron coinciden con 4 querellas de robo adicionales reportadas recientemente”, indicó el también integrante del capítulo riopedrense del Pre-Law Society.
Añadió que la querella aún está en proceso, y el caso procederá ante el tribunal si la Polícia logra capturar al sujeto.
Un vídeo que evidencia el intento fallido de asalto también fue difundido por la red social.
Ortiz Negrón expresó que los estudiantes y los riopedrenses “merecemos respeto y seguridad en nuestra comunidad pues el incidente fue a plena luz del día. Delante y detrás de nosotros, venían féminas y ellas hubieran sido presa fácil si nosotros no hubiéramos cruzado por ahí (la calle Amalia Marín) como habíamos previsto en un principio. ¡HAREMOS JUSTICIA!”