Una estudiante de la Universidad de Puerto Rico en Arecibo (UPRA) denunció el domingo, 14 de febrero, a un profesor de un curso de inglés por contenido racista, transfóbico y gordofóbico en la clase que ofrece.
El reclamo surgió a raíz de unas imágenes compartidas por la universitaria, en el grupo de Facebook Si estudias en UPRA sabes que…, que evidencian el material ofensivo en una tarea asignada, en el curso INGL3101, por el catedrático Carlos González Méndez.
En el escrito, el profesor hace referencia a una mujer con tres pies de afro “que hace ver su cabeza como un coco marrón y seco”. También, hace referencia al cuerpo de la mujer como “un desastre”, comparándolo al cuerpo de una “hipopótamo embarazada”.
La presidenta del Consejo General de Estudiantes de UPRA, Elsie Zayas Muñiz, indicó, en entrevista con Pulso Estudiantil, que otros estudiantes le hicieron llegar videos con contenido violento o perturbante que el profesor subió a la plataforma de Moodle, como parte del material asincrónico que impartió en las clases del pasado semestre.
En uno de los videos, el instructor simula que se está ahorcando con una corbata, mientras que en otro saca un arma blanca, y una pistola de balines, con la cual se apunta en la cabeza para mostrar que es de mentira.
El CGE reportó la situación a la directora del Departamento de Inglés, Geissa Torres y al rector de la institución, Carlos Andújar Rojas.
“La directora del departamento me llamó bastante rápido, le expliqué la situación y ella me dijo que ya había recibido quejas anteriormente de ese profesor, y entonces que iba a convocar al Comité de Evaluación de Currículo para remover los videos ofensivos y dar una amonestación general a todos los profesores para que cumplan con los estándares del material apropiado dentro de un currículo” expresó Zayas Muñiz.
Por su parte, el rector respondió, a través de un correo electrónico, que la estudiante debía seguir el protocolo del proceso de quejas sobre profesores para atender la situación.
El mandato establece que si un estudiante tiene problemas con un profesor, debe comunicarse primero con el mismo, y si no está conforme con la respuesta o pasan 24 horas sin respuesta, la queja debe ser elevada a la decana asociada de asuntos académicos.
“Considerando la severidad de este material, yo decidí, como presidenta, elevarlo directamente al rector, evitando el protocolo porque pensé que era meritorio. El rector me contestó que las capturas se podían interpretar de varias formas y que necesitaba que la estudiante hiciera la querella. Entonces le respondo que son videos de simulación de suicidio, son muy fuertes, espacialmente para estudiantes de primer año y que era necesario dialogar sobre esto. Después de mi respuesta, no me escribió más sobre el asunto”, indicó la presidenta.
No obstante, ante la inacción del rector, Zayas Muñiz presentó el viernes, 26 de febrero, una querella al Decanato de Estudiantes. Al momento, la presidenta no puede compartir detalles de la querella, aunque sí pudo confirmar que la misma fue recibida por el decanato y por el vicepresidente de asuntos estudiantiles, José L. Perdomo.
“Yo someto la querella a nombre de los estudiantes, entonces le toca a la administración seguir los procesos que indican los reglamentos para investigar la queja dentro de la querella”, estableció la líder estudiantil.
Ausencia de un representante estudiantil en UPRA
En un inicio, el protocolo fue establecido debido a la ausencia de un procurador estudiantil que atienda las situaciones del estudiantado en el recinto de Arecibo de la UPR.
Ante la falta de un delegado desde enero del 2020, el CGE ha tenido que ser el mediador principal entre la administración y los universitarios.
“Si tuviéramos procurador pues entonces situaciones más delicadas o situación entre profesor y estudiantes, esa persona se pudiera encargar del proceso de mediación entre profesor y estudiante” dijo Zayas Muñiz.
La representante estudiantil informó que, previo a enero 2020, la persona que ocupaba el cargo era una profesora por contrato a la que se le asignaba tres horas crédito para impartir sus clases, y una hora y media para atender los asuntos del estudiantado.
“En cuatro horas y media a la semana, ¿qué tú puedes hacer?, pues realmente nada. Es como si no la tuviéramos, pero por lo menos había alguien en el puesto”, enfatizó la presidenta.
El pasado semestre, el consejo había comenzado el proceso de consulta y búsqueda que se rige por la Certificación 119 de 2014-2015 que detalla el proceso a seguir para nombrar una persona al puesto de procurador estudiantil.
“Se hizo todo el proceso y, el primero de diciembre de 2020, se le envió la recomendación al rector. La persona que recomendamos es una no docente que lleva trabajando en UPRA 20 años, es una persona muy querida por la comunidad estudiantil y recibió, como parte de los documentos de evaluación, nueve cartas de recomendación por parte de docentes, no docentes, presidentes de asociaciones y estudiantes para que sea seleccionada para ocupar el puesto”, indicó Zayas Muñiz.
Luego de haber sometido la recomendación, el CGE de UPRA estuvo monitoreando el proceso de revisión a través de comunicación directa con el rector, quien indicaba que pronto la nombraría al puesto, pero que se estaba trabajando la parte de compensación del contrato.
Zayas Muñiz confirmó que, después de varios intentos para dar seguimiento al nombramiento de un procurador, el rector dejó de contestar y refirió la situación al presidente Jorge Haddock Acevedo, quien, según la presidenta del CGE, le indicó al rector que atendiera la situación.
“El 8 de enero le envío otra carta al rector indicando que tenía cinco días para resolver el problema de procuraduría. Al cabo de esos cinco días, el rector me envía una carta de que había desistido de nuestra recomendación por problemas de compensación, ya que no la podía nombrar a tiempo completo y que entonces nombrar a una persona de manera interina”, sostuvo la estudiante.
Zayaz Muñiz precisó que, hasta la fecha, el rector no ha nombrado a ninguna persona al puesto que atienda esta y otras situaciones de la comunidad estudiantil de la UPR en Arecibo.