Tras el aumento de $7.25 a $8.50 para los empleados del Sindicato de Trabajadores de la Universidad de Puerto Rico (UPR), miembros de la Hermandad de Empleados Exentos no Docentes (HEEND), como los bibliotecarios auxiliares, también exigen un aumento de sueldo puesto que algunos cobran $8.22 la hora.
Cónsono a las inquietudes y pesares del Sindicato, los bibliotecarios auxiliares del Recinto de Río Piedras buscan un aumento salarial, gestión que no ocurre desde aproximadamente el 2009. También, piden recibir un plan médico, beneficio que algunos no obtienen debido al tipo de contrato que reciben.
Los contratos para los bibliotecarios auxiliares varían conforme al puesto que ocuparán bajo las categorías I, II y III. Cada nivel representa tareas y grados de estudios diferentes. Por ejemplo, los bibliotecarios auxiliares I deben tener un grado mínimo de bachillerato, mientras que los II y III tienen que tener tanto bachillerato como maestría para solicitar la plaza.
Además del plan médico y el salario, los bibliotecarios auxiliares I también le otorgan entre un 12% a 14% de su salario al Sistema de Retiro de la Universidad. “Nosotros otorgamos un 14% de nuestro salario al sistema de retiro de la universidad, lo que se traduce a que tenemos que dar alrededor de $80 a $100 de nuestra quincena al plan de retiro de la universidad, cosa que no pasa con los empleados con plaza”, dijo Gabriel Noriega Rodríguez, quien trabaja como bibliotecario auxiliar sustituto I en el Recinto de Río Piedras de la UPR desde hace cinco años.
El porcentaje extraído para el plan de retiro depende del año en el que el empleado empezó a trabajar y a la certificación de retiro que le aplique. “Los que entramos tarde, que ya llevamos cuatro o cinco años, entramos bajo la certificación que pagan 14%. Hay compañeros que entraron hace muchos años y pagan un 8% (de su salario), añadió Noriega Rodríguez.
Actualmente, los bibliotecarios docentes, que trabajan bajo un contrato 37.5 horas semanales, tienen derecho a plan médico. Mientras que “los bibliotecarios auxiliares no docentes, que tienen contrato y pueden llevar dos, cinco o catorce años trabajando 37.5 horas no tienen derecho a plan médico, sobre todo los que son sustitutos”, señaló la profesora por contrato Marilis Rodríguez García durante una entrevista, dada en julio de 2022.
Como si fuera poco, algunos bibliotecarios auxiliares no siempre cuentan con la jornada completa de horas por semana porque pueden tener 30 o 35 horas, según una bibliotecaria auxiliar III.
Noriega Rodríguez explicó que también existen tres tipos de bibliotecarios auxiliares: los sustitutos y temporeros, que no reciben plan médico; y los especiales, que en algunas circunstancias sí obtienen el servicio institucional.
Los sustitutos cubren las plazas que resulten vacantes tras mover al empleado que la ocupaba a otra área . La persona trasladada a otro puesto se lleva consigo los beneficios, como el plan médico, de la plaza en la que estaba, explicó Noriega Rodríguez.
Contratos perpetuos
Todo empleado no docente que ingrese a la institución bajo un contrato conoce que su puesto tiene una fecha de caducidad, sin embargo, si la persona transcurre más de tres años trabajando para la universidad bajo el mismo puesto, puede competir por la permanencia, detalla el Convenio Colectivo de la HEEND.
Aunque los bibliotecarios auxiliares se amparan en lo estipulado por el Convenio, la realidad es que existen empleados como Noriega Rodríguez que han trabajado por más de tres años en la universidad sin todavía obtener la permanencia.
“Un contrato llega a resolver un asunto pasajero, pero, por ejemplo, yo conozco una persona que estuvo 14 años por contrato con el mismo sueldo”, dijo Rodríguez García, quien antes de ser profesora era bibliotecaria auxiliar III y delegada ante la HEEND.
Además de la permanencia, hay bibliotecarios auxiliares que han continuado sus estudios para obtener una maestría y subir de puesto. Sin embargo, la universidad les continúa contratando bajo el mismo cargo. “Hay muchas personas que tienen maestría y están bajo la categoría I todavía. En teoría, nosotros podemos solicitar que se nos suba de categoría, pero lo que ocurre históricamente es que esas subidas nos la deniegan”. informó Noriega Rodríguez.
Según el bibliotecario auxiliar, el proceso para solicitar cambiar de puesto se obstaculiza desde que redujeron de un año a seis meses el periodo para renovar contratos. Por el contrario, a los empleados que responden como parte del Sindicato de Trabajadores también les cambiaron las fechas, pero de seis meses a un año, informó Idalia Maldonado Colón, delegada del Sindicato.
Escalas salariales
Los sueldos entre los bibliotecarios auxiliares varían conforme al grado de preparación y tareas que realiza el empleado. Según Noriega Rodríguez, algunos que tienen maestría cobran $9.50 la hora, cantidad que será el salario mínimo a partir de julio de 2023 conforme al próximo año fiscal.
Mientras tanto, los alumnos que trabajan bajo el Programa de Estudio y Trabajo en las bibliotecas y otras áreas del recinto cobran $12 la hora puesto que su salario proviene de fondos federales y no de la institución universitaria.
“El problema de reclutamiento tan grande que hay actualmente es precisamente el salario. Nadie con una maestría va a venir aquí a cobrar 1,400 dólares cuando puede ir a ser gerente de Walmart y ganarse el triple de lo que hay aquí”, dijo Noriega Rodríguez.
Actualmente, en el Sistema de Bibliotecas hay 19 bibliotecarios auxiliares I por contrato y dos en proceso de contratación, comunicó Nancy Abreu Baez, directora del Sistema de Bibliotecas y de la biblioteca Ángel Quintero Alfaro. No obstante, mientras llegan más empleados, otros renuncian.
“Los Bibliotecarios auxiliares que han renunciado son contratos auxiliares I. Esa cifra ha estado subiendo y bajando porque algunos duran semanas, otros uno o dos meses, más consiguen otros lugares con mejor remuneración”, apuntó la bibliotecaria auxiliar III.
De igual forma, Noriega Rodríguez entiende que la “amplia mayoría (de las personas que renuncian) pertenecen a la categoría I, pero esa situación cambia cada vez que se renueva el contrato”.
Asamblea de la HEEND
En busca de un consenso y una solución, la HEEND realizará una asamblea para discutir el nuevo Convenio Colectivo 2021-2024; hasta ahora, el organismo se sustentaba en el acuerdo de 2018, que caducó en 2021.
Parte de las cláusulas y temas que se discutirán en la asamblea, y que ya fueron planteadas en la Negociación Colectiva de la HEEND son la falta de plan médico; los Cambios al Sistema Universitario y Patrono Sucesor; el Plan de Retribución y Clasificación, que podrían abrirle paso a un aumento salarial; y el bono de $2,750, que primero el Sindicato de Trabajadores rechazaba pero que ahora recibirán tras la negociación con la Administración Universitaria.
Por su lado, Noriega Rodríguez entiende que algunos empleados, miembros de la HEEND, rechazan el bono debido a que tendrán que “pagarlo completo en las contribuciones y no cotiza al fondo de retiro”.
Dos de las cláusulas propuestas en el nuevo Convenio representan alternativas ante una posible privatización de la UPR y el cierre de recintos, señaló Noriega Rodríguez.
La cláusula de patrono sucesor, que ocurre en las empresas privadas, se da cuando una corporación sustituye a su patrono por otro que asumirá todas las obligaciones del anterior. Como parte de la iniciativa, se contempla que cada empleado mantenga las condiciones anteriores a la transferencia de dueños. “Esto a nosotros nos parece peligroso porque le abre el marco legal a la universidad para que se privatice”, añadió el bibliotecario auxiliar I.
Mientras tanto, la cláusula Cambios al Sistema Universitario contempla que de “haber algún cierre o reestructuración, que implique la pérdida de algún empleo, los trabajadores y trabajadoras serán reubicados en el recinto más cercano a su residencia”.
Cada una de las previas cláusulas serán presentadas en la Asamblea de la HEEND, que ocurrirá mañana, lunes, a las 8:30 a.m.