Por: Angelique García Solá
La lengua de señas es fascinante y en Puerto Rico se ha registrado un aumento sustancial en la disponibilidad de cursos y espacios para aprender esta forma de expresión. Cada vez son más las personas interesadas en brindar y tomar clases en el ámbito digital. Por esta razón, ha surgido un crecimiento en la cantidad de grupos dirigidos a la comunidad sorda en las redes sociales.
El deseo de generar inclusión es uno de los propulsores del uso de la lengua de señas en las plataformas sociales. Frecuentemente, en las redes observamos personas oyentes compartiendo contenido o canciones en señas. Y, aunque es magnífico poder utilizar otra lengua o conocimiento para crear y compartir contenido personal y profesional, en ocasiones, en el intento de interactuar con la comunidad sorda se pueden invisibilizar sus sentimientos y estructura social.
Y es que su estructura social está basada en componentes de la cultura sorda. Es el conjunto de creencias sociales, comportamientos, arte, tradiciones literarias, historias y valores compartidos de comunidades que están influenciadas por la sordera y, la lengua de señas es su medio principal de comunicación. La mayoría de sus interacciones y estructura social son con sordos, lo que a su vez les brinda un sentido de identidad, comodidad, orgullo y empoderamiento. Sin embargo, expertos aseguran que la comunidad sorda podría estar experimentando la pérdida de sus espacios culturales como consecuencia del control invisible del oyente.
Es posible que nunca te hayas preguntado qué es la apropiación cultural o lingüística en todo este proceso. ¿Estará sucediendo entre las comunidades oyentes y las comunidades sordas en Puerto Rico? ¿Cómo utilizamos su lengua?
La apropiación cultural se define de manera general como cuando la cultura dominante o mayoritaria adopta elementos de una cultura minoritaria. Muchas personas comienzan a interesarse en la lengua de señas, pero no toman el tiempo de interactuar con la comunidad sorda. ¿Podría considerarse apropiación cultural utilizar la lengua de señas sin la aceptación de la comunidad sorda?
En varias ocasiones se han observado artistas, modelos, “influencers” o personas en redes sociales utilizando la lengua de señas de manera incorrecta. Es excelente desear un mundo inclusivo, no obstante, de vez en cuando se realizan señas erróneas y algunas de estas acciones al final tienen un beneficio unilateral. La lengua de señas es parte fundamental de la identidad cultural y lingüística de la comunidad sorda. Sin embargo, la aceptación dentro de su comunidad, el uso de su lengua y el conocimiento de su cultura, no nos debe otorgar mayores oportunidades o derechos para hablar por ellos.
Te invito a preguntarte si este fenómeno contribuye de algún modo a la desconfianza de la comunidad sorda hacia algunos de los profesionales u oyentes allegados. ¿Estaremos utilizando una lengua para cautivar más publico o acaparar la atención? Los oyentes estamos en una posición de poder y, para los profesionales que trabajamos con la comunidad sorda, hay una línea extrafina entre lo ético y lo no ético.
Históricamente, la comunidad sorda se ha sentido oprimida, desatendida y rechazada. Todos buscamos que se apoyen a las comunidades con diversidad funcional. Deseamos ser aliados, pero por medio de la apropiación lingüística y cultural nos podríamos estar convirtiendo en opresores. Promovamos la inclusión, sin utilizar su lengua como un espectáculo, sino ofreciéndoles oportunidades a las personas sordas para que sean ellas quienes compartan su lengua y visibilicen su comunidad y cultura. La empatía va más allá de conocer y utilizar la lengua de señas.
Las expresiones vertidas en este escrito no necesariamente representan el sentir de Pulso Estudiantil.