Los estados financieros de la UPR, correspondientes al 2016 y 2017, pasaron el primer cedazo de Ernst & Young, pero la Universidad debe hacer mejoras sustanciales a su sistema de contabilidad
Por Gabriel Pacheco Santa
El reporte de la situación financiera 2016- 2017 de la Universidad de Puerto Rico (UPR), verificado por la firma de auditoría Ernst & Young (EY), concluyó que la Universidad manejó sus libros de acuerdo con los “estándares de contabilidad generalmente aceptados de los Estados Unidos”.
Sin embargo, EY también concluyó que “la falta de controles adecuados ha resultado en un proceso de cierre inefectivo e ineficiente de los estados financieros. Además, la falta de integración entre las unidades y las funciones de contabilidad y finanzas de la administración central tiene un impacto adverso en la información financiera de la Universidad en su conjunto”.
Los auditores descubrieron el primer síntoma de este malestar cuando recontabilizaron varias partidas, luego de que el sistema interno fallara en registrar algunas “entradas sustanciales”.
Asimismo, encontraron que la compilación de datos tarda demasiado y resulta en “ineficiencias durante el proceso de preparación de estados financieros”, posiblemente abonando a la razón principal por la que la Middle States Commission on Higher Education (MSCHE) pusiera en una especie de probatoria a los tres recintos y ocho unidades de la UPR.
Según dicta su reporte, las operaciones de contabilidad y presentación de informes financieros del Recinto de Ciencias Médicas (RCM) y el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) “no son capaces de detectar errores de contabilidad efectiva ni eficientemente, lo que ha resultado en múltiples ajustes de auditoría”.
Habiendo diagnosticado el problema, Ernst & Young listó al menos unas nueve sugerencias para evitar situaciones como la que llevó a un encontronazo con la MSCHE. Entre las recomendaciones se encuentran la necesidad de mayor personal de contabilidad con experiencia y entrenamiento suficiente para llevar a cabo el proceso de cierre, preparar los reportes financieros y revisar los números antes de presentarlos a los auditores independientes, como EY.
Adicionalmente, EY hizo hincapié en que “la Universidad debe considerar cambiar o reforzar su estructura organizacional para mejorar los controles de monitoreo sobre las funciones de contabilidad y presentación de informes financieros en sus unidades” y recomendó que cada unidad debe centralizar estas funciones bajo una sola oficina que se comunique directa y efectivamente con el primer ejecutivo financiero de la UPR.
En todas las instancias, los directivos de la Universidad acogieron las recomendaciones de Ernst & Young, pero queda que el presidente de la UPR, Jorge Haddock Acevedo, divulgue su plan para implementarlas en los tres recintos y ocho unidades de la institución universitaria.