Por: Paola Meléndez Maldonado
Foto: Kuyaguaribo López
Iluminada con los colores de la bandera LGBTTIQ, la Torre Universitaria del recinto de Río Piedras , de la Universidad de Puerto Rico (UPR), recibió a una multitud en la noche de ayer, jueves 16 de junio, en memoria y solidaridad con las víctimas, familiares y allegados de la fatal masacre ocurrida en la discoteca Pulse de Orlando, Florida.
La primera persona en dar la bienvenida a la multitud fue el rector del Recinto de Río Piedras, Carlos Severino Valdez, quien en su discurso manifestó el deseo de unirse para combatir con la mayor fuerza la intolerancia y el rechazo a toda violencia contra la integridad de la vida. “Esta tragedia no es un acto aislado. La sociedad ha preferido encadenarlos a la violencia del fundamentalismo religioso vinculada con el terrorismo. De esta manera pretende deslindarse de toda responsabilidad […]”, denunció el rector haciendo hincapié a que nuestro país no está exento de esta realidad. Además, expresó que la manera de responder ante este discrimen y opresión es el cambio de ideas, el abandono de prejuicios, la disipación por el conocimiento y el activismo ciudadano contra todo abuso.
“Construiremos un futuro donde, entre tantas otras cosas, el color de la piel sea invisible, y donde la identidad sexual sea como una mirada: única, personal, desamordazada”, dijo Severino, para luego culminar su discurso citando un verso del poema “Para la libertad”, de Miguel Hernández.
El rector del Recinto de Ciencias Médicas (RCM), Noel Aymat, se dirigió brevemente al público: “Tenemos fe en que vamos a movernos en la dirección correcta […] Hay esperanzas de sembrar el amor, la diversidad y la tolerancia en nuestra sociedad”, dijo, a la vez que denunciaba la violencia como un problema de salud pública. En representación del estudiantado, hizo presencia el presidente del Consejo General de Estudiantes, Guillermo Guasp Pérez, expresando que la tragedia ocurrida debe servir para continuar con la concienciación social, y para no invisibilizar el tema de la orientación sexual y los crímenes de odio que están ocurriendo alrededor del mundo. También, declaró el gran trabajo que resta por hacer en la comunidad universitaria ante el discrimen a la comunidad LGBTTIQ.
Los activistas por los derechos de la comunidad LGBTTIQ y representantes del Colectivo Orgullo Arcoíris (COA), Liza Gallardo y Osvaldo Burgos, también estuvieron presente. “Espacios como este son sumamente importantes, son los que nos dan un poco de sentido solidario, sentido de hermandad para poder seguir adelante”, dijo Gallardo, para más adelante ceder el micrófono a Burgos, quien incitó a que “luchemos por un país con equidad […] Tenemos que hacer un llamado a las autoridades políticas, a las autoridades religiosas, que también halaron el gatillo el pasado domingo. Ese gatillo no lo haló una sola persona, también lo haló el impulso de odio […]”. Liza confesó a Pulso lo emotivo de la actividad y la solidaridad de las personas que están llevando este mensaje de apoyo.
Además, el profesor y candidato a la gobernación por el Partido del Pueblo Trabajador (PPT), Rafael Bernabe, estuvo presente y expresó a este medio que “la única manera de que la indignación que sentimos hacia lo que ocurrió en Orlando tenga un efecto real, (y) práctico, es que día a día continuemos esa lucha contra la homofobia”. No faltó la repetida exhortación por parte del COA a participar de la vigesimosexta marcha de orgullo LGBTTIQ, a llevarse a cabo el próximo domingo, 26 de junio de 2016.
En la actividad se destacó la presencia de velas y la participación de la agrupación Coralia, quienes fueron presentados por José Camuy a quien tocó de cerca esta tragedia, pues su primo, Jonathan Camuy, fue una de las víctimas de la masacre.
“El mejor homenaje que puedo ofrecerle es este, cantando con mi querida Coralia”, concluyó José. El coro, dirigido por la profesora Carmen Acevedo Lucío, presentó dos canciones: “Luz eterna” y “I believe” o “Creo en Dios” en su arreglo al español por el profesor Rubén Colón. Como última pieza, el coro cantó el “Himno de la Vida” de la Universidad de Puerto Rico, al cual el público presente reaccionó cantando a coro.
El lamentable suceso ocurrió en horas de la madrugada del domingo, 12 de junio de 2016, y dejó heridas a 53 personas y a 49 muertos, de las cuales una veintena de las víctimas eran boricuas.