Por: Kamilha Soto Villanueva
Los artistas de “Antifuturismo Cimarrón”, bajo la curaduría de Yuderkys Espinosa Miñoso y Katia Sepúlveda, presentaron sus piezas, actualmente exhibidas en el Museo Casa Escuté. El conversatorio titulado “Soñar el pasado: un ejercicio de fabulación crítica descolonial en el arte” elaboró el proyecto de investigación y expositivo que surgió de una reflexión de cómo hubiese sido el mundo sin la existencia de Europa y la colonización europea.
En la actividad que tomó lugar en el Anfiteatro #3 de la Facultad de Estudios Generales en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras (UPR-RP) el pasado 15 de octubre, Espinosa Miñoso expuso que el antifuturismo es un concepto previamente establecido por territorios y comunidades ancestrales. Se ejemplifica este reclamo a través de la figura mítica de la ciguapa, quien tiene sus pies invertidos, y “no camina hacia al frente, camina hacia atrás”, explicó Espinosa Miñoso.
Luego del análisis de los conceptos y el trasfondo de las investigaciones, las curadoras invitaron a los artistas a “pensar desde esa temporalidad a contrarreloj” en su creación, dijo Espinosa Miñoso. Además de trabajar en la reimaginación del arte, la escritora establece que también se pensaba en la crítica hacia la institución museística. La activista recalcó que el trabajo constaba de “no solo reinventar el pasado a partir de las huellas que podemos rastrear a partir de la investigación, sino también cómo podemos descolonizar el campo del arte”.
El panel estaba compuesto por los artistas de la exposición Deyaneira Lucero, José Arturo Ballester, Ketsia Camacho Ramos, Brenda Cruz, Brenda Torres y Lydianna Dávila. Adicionalmente, el panel también incluyó a la curadora Espinosa Miñoso y la Dra. María Elba Torres. La exposición de arte cuenta con la participación de Juan Pablo Vizcaíno quien no pudo asistir al conversatorio.
Según la página de Instagram de Antifuturismo Cimarrón, el proceso abarcó “un seminario/laboratorio intensivo teórico-práctico de seis meses de duración, que comenzó en el 2024 con sesiones virtuales dos veces al mes”. La exhibición también recibe apoyo de la Plataforma Eje y Tizando el País.
Durante el conversatorio, cada artista tuvo la oportunidad de presentar sus trabajos y explicar el trayecto de su creación en relación con el tema central de la exhibición.
Brenda Cruz
Brenda Cruz enfocó su trabajo en brindar visibilidad a historias y personas que han quedado fuera de la narración por el colonialismo. La artista explicó que su trabajo “Retrato de una (de)colonizada” fue hecho en el 2017 con el motivo de reescribir la historia genómica y repensar el pasado colonial nacional.
La pieza creada para la exposición se tituló “Adombe, Gangá, Mondé”. En esta instalación, las temporalidades se trabajan a través de la comida y recetas familiares. Para ilustrar la temporalidad, la investigadora integra las recetas y tradiciones culinarias africanas ancestrales, transmitidas generacionalmente por su familia paterna. De esta forma, logró revivir historias y recuperar memorias.
Cruz estableció que la gastronomía, específicamente las recetas familiares, sirven como punto de unión para la práctica de los rituales ancestrales. Como parte de la exposición, Cruz cocinó un “caldo santo” alrededor de un fuego central, y compartió la comida con los presentes. Repetirá este encuentro en noviembre y diciembre.
Brenda Torres
La artista y educadora Brenda Torres presentó la pieza “Dos mil veintiséis”, una obra hecha con arena, y que tiene como referente un retrato de Torres con su padre, en el 1985 en la Playa Flamenco en Culebra. La arena fue recolectada de cinco playas distintas en Culebra, Maunabo y Loíza.
La inspiración de la obra comenzó tras la pérdida de la abuela materna de la artista y el consuelo que encontró en el mar luego de sus últimas visitas a Culebra. Igualmente, se destaca la historia de la isla municipio y de las prácticas militares estadounidenses en Vieques. Según Torres, el impacto de esas prácticas se observa tras los residuos encontrados en la Playa Flamenco y el efecto en la salud de los ciudadanos.
La artista trabaja estos temas en otras obras, como el “performance piece” titulado “Vieques” hecho en el 2001 con Lisandra Cruz en protesta a la situación de ocupación militar del momento. Otras obras expuestas por Torres fueron “Quimeras” y “Whitewash”.
Deyaneira Lucero
Todas las piezas presentadas por Deyaneira Lucero fueron creadas durante el seminario de “Antifuturismo Cimarrón”. La primera obra que presentó fue una fotografía titulada «Abuela Yila montando un bodegón», en el que Lucero explica que “conocemos el bodegón como algo muerto o estático. Aquí, yo siento que las manos de mi abuela le dan una vida”. Lucero también señala que el anillo en la foto le pertenece a su tío fallecido, un aspecto que simboliza que “madre e hijo abrazan la comida que se van a comer”, según la artista.
Otra obra que se discute es “Velero cimarrón”, una máscara que representa violencia, órdenes y castigos. La pieza contiene acrílico sobre yagua y vaina de palma real, y es sujetada por hilo de pescar. La artista enfatizó el trato cuidadoso que usó para crear su obra y darle la importancia merecida.
Lucero presentó fotografías de peleas de gallos que recalcan el trasfondo íntimo familiar que la llevó a estudiar visualmente su familia paternal quienes son galleros y partícipes en la práctica. Su obra “Estudiando Kant” crítica la percepción de lo vulgar del filósofo Immanuel Kant al ejemplificar esas características en su pieza.
José Arturo Ballester
José Arturo Ballester lleva de 15 a 20 años trabajando los temas de los territorios, los desplazados, la naturaleza y el Caribe. El artista explicó que el proceso de creación de la obra resultó en “un renacer de identidad”. En su tiempo en las Islas Vírgenes de los Estados Unidos, a través de la fotografía, Ballester reconoció que su identidad se centra en no solo ser puertorriqueño, sino también en ser caribeño. Ballester, nativo de Adjuntas, destacó el racismo enfrentado en su carrera de diseñador gráfico.
El colaborador presentó otras dos obras tituladas “Fuera de la burbuja” y “Ofrendas de luz”. Esta última fue exhibida en la Plaza del Mercado de Río Piedras y en Taller Comunidad La Goyco. Los temas de sus obras abundan sobre las jerarquías sistemáticas y las identidades marginalizadas por el sistema.
Para su pieza en la exposición, el artista utilizó mayormente materiales orgánicos, y experimentó con técnicas nuevas como las impresiones sobre tela, hechas en cianotipo, una técnica antigua de la fotografía. El proyecto hace referencia a Òsányìn, el Orisha de las plantas y la naturaleza. En el suelo del museo frente de la obra, se incluye tierra roja y un aro que significa “la temporalidad circular de la naturaleza”. Igual hay tierra roja a ambos lados y, en el centro, hojas recogidas de debajo de una ceiba en Limaní, Adjuntas. Ballester explicó que la pieza se llama “Soy Monte” porque “somos naturaleza”. El diseñador gráfico se considera parte del ecosistema y no un ente aparte. “Soy tan parte de eso como las hormiguitas y las piedras”, recalcó el adjunteño.
Ketsia Camacho Ramos
Al comenzar su intervención, Ketsia Camacho Ramos leyó un poema que forma parte del contexto detrás de su obra titulada “El café de las tres”. El proyecto fue creado con café, hijuela, bejuco y palma, entre otros materiales. La poeta y artista estableció que “esta pieza busca realizar una reflexión acerca de la industria cafetalera y las negritudes en la cordillera central”. Camacho Ramos, también de Adjuntas, fundamentó la reflexión en años de investigación genealógica de su familia y sus propias vivencias haciendo el proyecto uno muy íntimo.
Con la instalación, la adjunteña busca “revertir esa borradura del documento histórico” por el blanqueamiento del archivo histórico y el censo mal realizado del país. La panelista explicó que el título de su obra hace referencia a una práctica de comunidad, creando un contraste al propósito colonial y económico que originalmente se le impuso al producto del café.
En la numerología, el tres representa la búsqueda de la espiritualidad, según Camacho Ramos. La instalación contiene tres audios que representan tres generaciones, su abuelo paterno, su padre y la artista. Ellos discuten la esperanza de superar “los apocalipsis del colonizador”, la relación con el trabajo y la tierra y el “realismo mágico” observado en el monte.
Lydianna Dávila
Lydianna Dávila honra su pasado a través de su hermano y “el intercambio de saberes” basado en las numerosas mudanzas y experiencias de él. Hace 12 años un artista de la República Dominicana le enseñó a ella y a su hermano sobre el tejido, lo que marcó un impacto en Dávila quien continua practicando el método, pero con palma de coco. A través de su educación, la artista encontró importancia en cultivar y amplificar las prácticas ancestrales como tejer y simplemente “hacer con las manos”.
La primera obra que presenta es “Candela Candela” que se exhibió en Corredor Afro. Al hacerse la pregunta de “¿Cómo hubiese sido el mundo si Europa no hubiese existido?”, la artista rápidamente relacionó su respuesta con el mar. También explora el vínculo con el río y navegar para no agobiarse en Puerto Rico. Finalmente Dávila explica que la artesanía le da el espacio de “soñar despierta y reafirmar” con su obra “Agua limpia ojo, ojo limpia agua”.
La esencia Afro en las artes
La introducción del panel y conversatorio fue realizada por la doctora Mayra Santos Febres. La profesora resaltó la importancia del proyecto por el problema concurrente de la invisibilización de los artistas negros y sus aportaciones. También habló del empobrecimiento sostenido de los artistas afro en Puerto Rico. Santos Febres agradeció a la panelista María Elba Torres por su trabajo de décadas de fomentar “esencia afro en las artes” y la creación del proyecto “Tiznando el País: visualizaciones y representaciones”, el que fue establecido por el Instituto Interdisciplinario y Multicultural de la UPR-RP y la Alianza de Museos de Puerto Rico con fondos de la Fundación Mellon y el Fondo Flamboyán para las Artes.
La profesora Torres destacó la importancia de revisar toda la producción artística y desarrollar una nueva mirada de los reclamos y aportaciones de los artistas afrodescendientes de Puerto Rico. La historia del arte de Puerto Rico ha invisibilizado a demasiados artistas, especialmente a los artistas afrodescendientes, según la experta. Torres hace un llamado a reflexionar qué causa que los artistas quieran irse para Europa y Estados Unidos o crear arte eurocéntrico. La codirectora propuso rescatar todos los archivos perdidos y darle una voz a los que nunca lograron tenerla.
La exposición “Antifuturismo Cimarrón” estará en el Museo Casa Escuté, en Carolina, hasta el 12 de noviembre. El horario del Museo es de miércoles a sábado de 10am a 5pm y domingo de 12pm a 5pm.
Para más información puedes visitar la página de Instagram de Antifuturismo Cimarrón en el que se encuentran más detalles sobre el proyecto y sus participantes.