«Joker», interpretada por Joaquin Phoenix trata sobre como uno de los villanos más reconocidos de los cómics de DC se convirtió en uno de los criminales más respetados en el mundo del superhéroe Batman. Sin embargo, este filme no presenta la típica acción entre los buenos y los malos entre Batman y su villano. No presenta el tradicional personaje virtuoso, ni es de acción.
Situada en la ciudad ficticia “Gotham”, el trama puede ser catalogado como un drama psicológico. El espectador entra a la vida y a la mente de Arthur Fleck, mejor conocido como «Joker». Siente lo que el personaje vive, y logra entender la importancia de ayudar a pacientes de salud mental. Aunque no justifica las acciones que el personaje comete, puede entender por qué las llevó a cabo.
El actor estadounidense nacido en Puerto Rico interpretó el personaje convirtiéndose en el criminal completamente. Su representación de un paciente de salud mental ayuda a entender las dificultades que las personas con estas enfermedades pasan. Este tipo de condición es una invisible al ojo humano, es más del interior, pues es difícil poder reconocer si alguien es paciente.
El filme toca temas que se puede relacionar con la actual realidad que vivimos, además de la salud mental, abarca las clases sociales, corrupción, el discrimen y los recortes de fondos. En ese mundo caótico los ciudadanos apoyan las acciones del «Joker» por ser actos de rebeldía en contra de una sociedad que los oprime. En una escala menor, estas acciones se pueden asociar con las protestas del verano de 2019 en Puerto Rico.
Completamente estupefacta, sin poder moverme, frisada. Esa fue mi reacción cuando terminó la película «Joker». Exhorto a que vean esta película para poder reflexionar sobre nuestra sociedad, hacer los debidos ajustes y concientizar sobre la salud mental.
Editora: Ana R. Álvarez Bríñez