En un altar de flores blancas centralizado en el plató del Teatro de la Universidad de Puerto Rico (UPR) Recinto de Río Piedras, descansó la urna de cenizas del pilar del teatro, Victoria Espinosa, durante la mañana de hoy, viernes, para un homenaje póstumo.
A la actividad de la “maestra entre maestros” acudieron familiares, colegas de la universidad, artistas, alumnos y exalumnos para despedir a la fallecida profesora, quien murió el pasado 6 de julio a sus 97 años.
“Victoria Espinosa representó dignamente los valores humanísticos de los cuales nos preciamos en la Facultad de la que fue producto. Humanista, no solamente por su formación en las Humanidades, sino por su continua gestión para rescatar los valores de la filosofía griega: verdad, bondad y belleza. Verdad en su labor como profesional del teatro y universitaria; bondad en su trato humilde y en la manera en que hacía sentir a los que la rodeaban; y belleza en su persona y en la forma en que irradiaba su entorno”, expresó Agnes Bosch Irizarry, decana interina de la Facultad de Humanidades, en un comunicado.
Los hijos de Espinosa, Sol Victoria y Luis Maisonet Espinosa estuvieron presentes en los actos honorarios a su madre “Vicky” junto a su nuera, Lucy Medina.
Sol Victoria Maisonet Espinosa danzó, en el homenaje, a la voz melodiosa de Aixa Ruiz, quien interpretó Yo creo en Dios. Al final de su baile, Sol besó la urna de las cenizas de su madre.
La cantante y guitarrista Pilli Aponte, también, cantó Génesis y Pequeño vals vienés de Federico García Lorca. Luego, entonó un poco del himno del Teatro Rodante, al que se le unieron algunas voces desde el público. La participación de la Tuna UPR culminó las expresiones artísticas solemnes.
Compañeros como Bosch Irizarry; Leticia Fernández Morales, decana interina de Asuntos Académicos; Margarita Méndez, en representación del presidente de la UPR, Jorge Haddock; y Luis Ferrao Delgado, rector de la UPR en Río Piedras subieron al podio para brindar palabras de aliento y sobre su conexión con la difunta dramaturga.
Según el diario El Vocero, Ferrao Delgado la elogió: “Era una dulzura y hacía a uno sentirse importante al lado de ella. Puedo decir a la familia que era un ser especial y adorable, del tipo que lamentablemente no abunda mucho, esto hace más dolorosa su partida, reconocemos en Victoria una de nuestras grandes figuras, un baluarte de la institución y que contribuyó a la fortaleza de la institución”.
La profesora emérita Rosalina Perales ofreció la semblanza mientras que Sol Maisonet Espinosa expresó un mensaje en representación de su familia.
Editado por: Claudia M. Rivera Cotto