Por: Alondra Santiago Rodríguez
Exalumnos de la Universidad de Puerto Rico (UPR), Recinto de Río Piedras, le dieron vida a la clásica historia rusa, La Nariz. Unidos en su pasión por el teatro y los recuerdos de su alma mater, el dramaturgo Joaquín Octavio y el elenco compuesto por Iván Olmo, Israel Lugo y Marisa Gómez Cuevas, relataron la importancia que tuvo la universidad, no solo en su desarrollo profesional, sino también en su desarrollo artístico.
La comedia absurda, La Nariz, es la primera obra puesta en escena por la compañía El Absurdo. Octavio adaptó el cuento clásico de la cultura rusa al público puertorriqueño, permitiendo al espectador verse reflejado a través de los personajes y del escenario.
La química entre el elenco permitió que las escenas fluyeran con delicadeza y gracia. La producción demostró cómo las ideas del director, los escenógrafos, diseñadores y las propias personificaciones de los actores lograron juntarse en armonía.
A pesar de que no todos los egresados estudiaron al mismo tiempo, están unidos por el amor hacia la institución universitaria. Octavio pintó el panorama de la UPR como una comunidad con un sentido de identidad increíble, en el cual “los estudiantes sienten pertenecer a la IUPI y que la IUPI les pertenece a ellos”.
La significación de la universidad era el ser un punto de encuentro, donde personas con los mismos intereses y con diferentes capacidades podían unirse, dialogar y colaborar, según la describieron Lugo y Olmo.
Los actores también mencionaron la importancia de las organizaciones y teatros comunitarios de Río Piedras como Yerba Bruja y La Beckett en los que estudiantes podían montar obras y practicar lo aprendido a solo unos pasos del recinto riopedrense.
Estas organizaciones y espacios le servían a personas que incluso no estudiaban drama formalmente. Gómez Cuevas, quien se graduó con un bachillerato en Historia, mencionó que el factor multidisciplinario de la IUPI fue fundamental para su crecimiento profesional.
El elenco destacó el programa del Teatro Rodante de la UPR, ya que le dio un espacio, a los exalumnos, para ampliar sus habilidades teatrales a través del teatro experimental y comunitario.
Estas herramientas y espacios de la IUPI y sus alrededores ayudaron a que estos artistas lograran desarrollar su técnica y perfeccionarla para poder brindarle al público una experiencia difícil de olvidar.