[Nota: este perfil forma parte de una serie que destaca líderes durante la pandemia del COVID-19 que son egresados de la UPR]
“Veo el mundo desde mi lente como joven negra y puertorriqueña y todos los días encuentro motivos por los cuales continuar creyendo y gestando un Puerto Rico para todes”
—Edmy Ayala
Edmy Angélica Ayala Rosado soñaba con cambiar el mundo cuando, impulsada por su búsqueda incesante de justicia social, decidió convertirse en comunicadora. Así fue como la sanjuanera llegó a la Escuela de Comunicación (COPU) de la Universidad de Puerto Rico (UPR) Recinto de Río Piedras, cuna del desarrollo de su pensamiento crítico.
Mientras cursaba un bachillerato en Información y Periodismo, adquirió un conocimiento teórico que fue imprescindible para fortalecer su perfil profesional, aseguró la copuqueña en entrevista con Pulso Estudiantil.
Aunque COPU fue el espacio que la vio crecer, en las afueras del recinto riopedrense, también descubrió otras habilidades para expresarse a través de la exploración de distintos medios de comunicación.
Periodista independiente, guionista, editora, anfitriona de cámara, creadora de contenido, productora y, ante todo, comunicadora, Ayala Rosado ha participado de un sinnúmero de proyectos creativos, permaneciendo anclada en sus valores con la esperanza de gestar un mejor Puerto Rico.
Una carrera poco convencional
Ansiosa de producir un trabajo humano, cercano y ético, la joven afroboricua inició su jornada en el campo de las comunicaciones como periodista independiente.
“Cuando uno trabaja desde una plataforma independiente, tienes el poder de masajear tu imagen ante la audiencia y, entonces, puedes ser más congruente con tus valores y con tu idea de mundo”, expresó la comunicadora.
A través de su rol como creadora de contenido y anfitriona de cámara para Piso 13, un medio de comunicación digital, Ayala Rosado le perdió el miedo a la cámara y le abrió paso al comienzo de lo que describió como “una carrera poco convencional”.
Apasionada por la experimentación de distintos géneros periodísticos, la jerezana se ha destacado en la redacción de crónicas, reportajes y columnas para plataformas locales como la Revista Étnica y el Centro de Periodismo Investigativo (CPI), y medios reconocidos internacionalmente como el New York Times.
Además, cofundó la plataforma digital 9 millones, un medio dirigido a la comunidad de 9 millones de boricuas en el mundo.
Aunque la escritura ha sido pieza clave para su formación periodística, la afropuertorriqueña también se ha distinguido en la producción y el desarrollo de conceptos.
Con la llegada de la pandemia del COVID-19 a Puerto Rico, la periodista afrofeminista tomó las riendas como productora radial en WIAC 740 AM para el programa Sin Tapujos, conducido por el abogado Jonathan Lebrón Ayala.
En medio de la crisis salubrista, la egresada de la UPR transformó el contenido del espacio radial para que reflejara las necesidades de la audiencia desde una perspectiva científica.
“Cuando empezó todo esto [la pandemia], no entendía por qué no estaban entrevistando más científicos en la radio y en los programas televisivos. Yo me preguntaba: ‘¿cómo es que vivimos en un país en donde las ciencias no tienen un rol suficientemente protagónico en la política pública, pero tenemos esta red brutal de científicos y científicas’? Ahí fue cuando acudí a la red de científicos y expertos de Ciencia Puerto Rico (PR) y todos los días compartíamos conocimiento práctico en arroz y habichuelas para la audiencia”, confesó.
El camino hacia la comunicación científica
Su preocupación genuina por frenar las secuelas de la pandemia a través de las comunicaciones la condujeron a rodearse constantemente de científicos, que colaboraban como fuentes de información en sus proyectos de comunicación.
Ayala Rosado reveló que estar alrededor de expertos en la ciencia boricua la llenaba de energía y esperanza. Fascinada por el compromiso, la ética y la transparencia que proyectaban diversos peritos como el doctor Daniel A. Colón Ramos y las doctoras Giovanna Guerrero Medina y Mónica I. Feliú Mójer, la joven se fue paulatinamente adentrando en la comunidad de científicos de la isla.
Con el tiempo, la expresidenta de la Asociación Puertorriqueña de Estudiantes de Periodismo (APEP) hizo la transición de producir un espacio radial hasta liderar un proyecto educativo de comunicación científica con Ciencia PR.
Cuando surgió la oportunidad de trabajar con la organización sin fines de lucro, la creadora de Edmy, un videopodcast se sintió emocionada ante la posibilidad de implementar estrategias de comunicación integrada a favor de las comunidades marginadas.
“Me impresionó mucho la manera en que la doctora Mónica [Feliú Mójer] estaba visionando una propuesta robusta que buscaba [comunicar] ciencia para el bienestar de un pueblo que no necesariamente escucha la ciencia”, detalló.
Para la especialista en comunicación científica, hablar de COVID-19, en la colección de contenido Aquí nos cuidamos, implicaba incorporar todos los talentos que ha adquirido durante su carrera profesional: la producción, la contextualización, la locución y el diseño, entre otros.
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Recientemente, Ayala Rosado y el equipo de Ciencia PR lanzaron la segunda campaña de Aquí nos cuidamos, Vacúnate por ti y por mí, con el fin de fomentar la inoculación colectiva en la isla. Asimismo, la semana pasada publicó un análisis independiente sobre el estado actual de la vacunación contra el COVID-19 en Puerto Rico desde su plataforma personal.
“En mi proceder, no importa el rol que he cumplido, desde creadora de contenido hasta ahora, coordinadora de un proyecto de educación en comunicación científica, siempre mi compromiso ha sido el código de ética que rige a cualquier periodista. Creo que eso fue lo que facilitó mi transición a la comunicación científica porque no es distinta al periodismo. Para mí, el periodismo es periodismo por el compromiso a la verdad, a los datos, a lo científico y a lo comprobado”, explicó.
Una figura de incomodidad: negra, feminista y disidente
La meta de la becada por el CPI siempre ha sido promover un enfoque de justicia social desde todos los espacios en los cuales ha estado. Sin embargo, desde temprano en su carrera, se percató de que su personalidad franca provocaría incomodidad.
“Siempre he sido abierta. Aprendí que yo iba a ser una figura de incomodidad en un espacio que quizás no tuviese una alta intolerancia a lo incorrecto como yo. Me enorgullece el identificarme como una figura cómoda con incomodarse e incomodar en pro de hacer un mejor periodismo”, puntualizó.
La exeditora en jefe de 9 millones manifestó: “para mí, es evidente y siempre veo resistencia, no solo por cómo soy, sino [también] por cómo me veo: soy negra y soy muy extrovertida. Tuve que reconocer que no soy la idea que tienen de quién debe estar frente a una cámara. Yo me resisto, me rehúso a limitarme. Por eso, trabajo mi plataforma, columnas y videopodcasts de forma independiente”.
La periodista antirracista aclaró que, en este punto de su carrera, su interés principal no es tener mayor exposición.
“Me estoy tomando un tiempo para conocerme como comunicadora. Me gusta recoger color y voces, conectar con la gente. (…) Soy hija de un carpintero y una asistente de maestra, ahora retirada, y creo que la humildad y el trabajo serio que mis papás me inculcaron guían lo que yo hago. [La intención] nunca es el dinero ni la fama. Realmente, [lo que hago] es porque pienso que Puerto Rico puede ser mejor. Las comunicaciones lo pueden lograr”, compartió.
Ante los ojos de la creadora de contenido, “el periodismo que hace falta es uno más profundo, más vanguardista, más abalanzado, más transgresor”.
A pesar de sus experiencias en el periodismo, la producción de contenido y la ciencia, la joven versátil relató: “No tengo idea de qué medio prefiero. A mí me interesa más qué mensaje quiero llevar y cómo puedo lograr un impacto”.