Hubo diez estaciones distintas que demostraban procesos químicos, en los cuales se utilizaron productos caseros para que los estudiantes estuviesen familiarizados de antemano. En el anfiteatro, realizaron una serie de experimentos que parecían ser «actos de magia», y luego se les explicaba a los estudiantes la química detrás de ellos.
El presidente del capítulo, Reinaldo Colón, expresó que la ventaja de esta actividad es que «se les da a los alumnos una visión de la universidad desde un punto de vista de estudiantes. Hay una interacción que es más cómoda para ellos».
La Dra. Ingrid Montes, quien dirigió la organización de la actividad, mencionó: «El propósito de esta actividad es mostrarles a los estudiantes un lado de la química que es relevante para su vida diaria; motivarlos a que estudien ciencias; y mostrarles los laboratorios de investigación».
Al hablar con una alumna de una de las escuelas que participó, mencionó que esta experiencia la ayudó a confirmar su interés por las ciencias, y confesó que la hizo inclinarse más a la idea de realizar sus estudios universitarios en el Recinto de Río Piedras.
Este capítulo se distingue por haber ganado, por 23 años consecutivos, un premio a nivel nacional por ser uno de los más sobresalientes del ACS.