La estudiante Camila Morales Navas, de la Universidad de Puerto Rico (UPR) Recinto de Río Piedras, diseñó un novel sistema electroquímico que se lanzará hoy al espacio como parte de una misión de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, en inglés).
La creación de Morales Navas, cuyo propósito es convertir material de desecho en energía, saldrá de la Facilidad de Vuelo Wallops en Virginia hacia la Estación Espacial Internacional (ISS, en inglés) a través de una nave espacial no tripulada conocida como Cygnus.
El lanzamiento de la nave, que se disponía a salir ayer, se retrasó hasta hoy debido a las inclemencias del tiempo, lee un mensaje publicado en la página del Recinto de Río Piedras en Facebook.
El diseño de la estudiante de la Facultad de Ciencias Naturales llevará a cabo la oxidación electroquímica de amoniaco en microgravedad. Es decir, primeramente, convertirá el componente principal de la orina, urea, en amoniaco con el fin de producir energía y agua. Este proyecto podría ser de suma utilidad en misiones espaciales de larga duración.
La científica lareña, quien es co-autora en prestigiosos artículos científicos, confesó que inicialmente desconocía del concepto de la microgravedad. La también maestra certificada sabía que su proyecto iba a ser arduo; no obstante, se lanzó y aceptó la propuesta que “parecía más sencilla de lo que resultó”.
Como estudiante doctoral, Morales Navas ha fungido como miembro destacada de la Asociación Graduada de Química de la IUPI. Además, el verano pasado participó de un internado de investigación científica en la Universidad del Nordeste en Boston.
Sin temor a los retos, la química aprendió a utilizar un programa de diseño asistido por computadoras en un laboratorio de ingeniería de dicha institución privada. En fin, describió su experiencia en el internado como “una experiencia enriquecedora”.
Más que científica
A pesar de su exitosa trayectoria como científica y educadora, la joven boricua puntualizó con seguridad que de lo más orgullosa que se siente es de ser madre. Jocosamente, Morales Navas respondió “olvídate de las ciencias”.
“Para mí, [ha sido] el proyecto más importante. Se necesita ese reconocimiento de ser un buen profesional, pero si me pones a decir de lo más orgullosa que me siento es de mi disciplina, mi determinación y ejemplo como madre”, afirmó la científica.
La estudiante graduada organiza su vida en prioridades, reconociendo que su hija no tan solo es importante en términos personales, sino que también ha sido pieza clave en su desempeño como química. Desde finales de su bachillerato hasta el sol de hoy, Morales Navas ha jugado dos roles esenciales: uno, como científica y otro, como madre.
“Ha sido mucho trabajo tener que hacer las dos cosas; sin embargo, yo no hubiese llegado hasta donde estoy si no hubiese tenido a mi hija. Una responsabilidad tan grande te deja alineado” confesó la lareña.
La doble intersección: ser mujer y latina en las ciencias
Los retos que suponen el ser madre y estudiante simultáneamente no han sido los únicos a los cuales se ha enfrentado la investigadora. Morales Navas detalló que en ocasiones ha “pasado por situaciones bien raras en las conferencias”.
En ocasiones, la puertorriqueña ha sentido que su etnicidad y género han sido objeto de juicio. Es decir, como científica ha pasado por momentos en los cuales ha sido juzgada “no solo por mujer, incluso por latina”.
La mentoriada del doctor Carlos Cabrera comentó que “se ha hecho un buen trabajo. Todavía falta camino, pero en términos de esa igualdad, esa equidad profesional sí se está trabajando”. Incluso, la joven oriunda de Lares agradeció el trabajo de algunas profesoras y científicas del recinto riopedrense como la doctora Ingrid Montes y la doctora Liz Díaz. Según Camila, ambas “luchan para que el estudiantado no se vea estigmatizado por el género”.
“[La sociedad] Ha mejorado, pero falta mucho camino por andar. Debemos seguir firmes en que somos iguales (…) Por mejor buena intención que uno tenga, ese sexismo está latente. Necesitamos ser esa voz cantante” afirmó la estudiante.
Pese a los obstáculos sobrepasados, Morales Navas se mantiene positiva ante el futuro de las mujeres en las ciencias.
Mensaje para niñas interesadas en carreras STEM
Particularmente, la química aspira llevar un mensaje de perseverancia y superación a las niñas que se interesan en las ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, en inglés).
La también “jogger”, quien disfruta de hacer ejercicios en San Juan, le diría a esas niñas: “hay que ser valiente, pero [también] hay que ser prudente porque no todo el mundo ve y entiende lo que uno pasa”.
“Tienen mucho trabajo. No es solo tener esa voluntad, sino determinación. Hay que ser valiente y no perder esa determinación”, enfatizó Morales Navas.
Para la ex representante del programa graduado, la determinación también ha sido pieza clave en la obtención de sus logros.
A lo largo de su carrera, se ha topado con personas que han dudado capacidad de estudiar química formalmente. Sin embargo, haber crecido con su padre, quien fue maestro de ciencias; y sus primos hermanos, los cuales son ingenieros; y sobre todo, creer en sí misma la motivaron a continuar sus estudios universitarios en el campo.
‘’Siempre he pensado demasiado grande”, declaró la científica y madre boricua.
En particular, Camila resalta que haber sido criada por su padre, quien también le impartió clases a su hija en la escuela elemental, provocó en ella que la ciencia fuera “normal”. En otras palabras, su interés por las ciencias se sentía natural. Para ella, “la ciencia era parte del diario vivir”.
Desde pequeña, se sentaba a ver documentales científicos con su padre. Aunque estaba muy centrada en las ciencias, reveló que, de no haber sido científica, “hubiese sido militar”, puesto que le fascina la estructura.
Además de valorar la estructura y la disciplina, para Camila, compartir su conocimiento es vital en su crecimiento como científica.
“Creo firmemente en que hay que delegar, heredar, educar. Por eso soy maestra. (…) No sirve de nada yo saber mucho, haber tenido estas oportunidades y no decirle a muchas otras personas que existen [las oportunidades]. Siempre que puedo trato de aportar ese granito de arena”, expresó la educadora.
Como hija de padres trabajadores, la joven reconoce que no ha logrado todo sola. La química de materiales considera que “necesitamos de compañeros y compañeras, de esa ayuda en equipo, de ese pensamiento del colectivo para que a uno se le prenda la bombilla”.
El rol de los mentores en las ciencias
Morales Navas sostiene que, a través de su jornada de vida, ha pasado trabajo, pero también menciona que hubiese sido muchísimo más difícil si no hubiese tenido ayuda.
En particular, Camila expresó que ha tenido buenos mentores, cuyo rol ha sido determinante.
“Es primordial tener un buen mentor. Alguien que vaya contigo en el camino, que ya haya pasado por ese camino y te aconseje” sostuvo la joven quien será la primera en su familia en poseer un grado doctoral.
Además del doctor Carlos Cabrera, Morales Navas ha tenido mentores como el doctor Eduardo Nicolau, el doctor Edwin Quiles, la doctora Ileana González y la doctora Díaz, entre otros, con los cuales se ha podido identificar.
“Ver a una profesora que era mamá y ver cómo podía lograrlo. Tener estos mentores que también eran papás. Tener ese ejemplo a emular es bien importante porque yo siempre dije ‘si ellos pueden, yo puedo’. (…) Mi profesor es bien empático. [Un mentor] también tiene que tener buen corazón”, enfatizó.
Por su parte, Morales Navas también recordó con cariño cómo la doctora Ingrid Montes la ayudaba a cargar a su hija, para que ésta pudiese interactuar socialmente con otros profesionales.
“La universidad, de verdad, me ha criado. Los profesores y profesoras que he tenido han sido muy buenos”, sostuvo la investigadora.
Camila atesora recuerdos de cuando “cogía una clase a las siete de la mañana” y algunos miembros del equipo administrativo le cuidaban a su hija hasta la apertura de la Escuela Maternal de la Universidad.
En fin, desde los mentores y los profesores hasta los servicios, Morales Navas ha tenido un sistema de apoyo total.
En un futuro no muy lejano, Camila Morales Navas aspira publicar al menos dos publicaciones como autora principal. Aunque desea permanecer en Puerto Rico con su familia, la boricua no le teme a “brincar el charco”.
Ya sea como profesora, maestra o investigadora, la química anhela conseguir un trabajo que le permita estar cerca de su hija. Sobre todas las cosas, lo que más disfruta la educadora de las ciencias es que puede alimentar su creatividad e ingenio.